Pregunta
¿Jesús siempre supo que era el Salvador? ¿Sabemos a qué edad se dio cuenta de ello?
Respuesta
Para entender cuándo Jesucristo tomó conciencia de Su papel como Salvador, necesitamos considerar cómo fue Su crecimiento y desarrollo. Las Escrituras nos dan algunas pistas sobre Sus primeros años, indicando que experimentó un proceso de crecimiento similar al de cualquier ser humano.
En Lucas 2:40 se afirma:
“Y el niño crecía, y se fortalecía y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”.
Este versículo sugiere que Jesús, aunque era divino, pasó por un proceso natural de maduración en sabiduría y entendimiento.
Además, en Lucas 2:52 leemos:
“Y Jesús crecía en sabiduría, y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”.
Estos pasajes muestran que Jesús no poseía todo el conocimiento desde Su nacimiento, sino que fue aumentando Su comprensión y Su gracia progresivamente. Esta idea es fundamental al hablar sobre Su conocimiento de Su misión divina.
Uno de los momentos más importantes en la infancia de Jesús sucede a los doce años, cuando es hallado en el templo conversando con los maestros de la ley.
Ante la preocupación de Sus padres, Él responde en Lucas 2:49:
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?”.
Esta respuesta muestra que, a esa edad, ya tenía un nivel de conciencia sobre Su relación especial con Dios y sobre Su propósito divino.
Esta experiencia en el templo marca un momento clave en Su vida: una transición de la niñez hacia una comprensión más profunda de Su misión.
Aunque no se especifica que en ese momento comprendiera por completo toda la magnitud de Su obra, el hecho de que estuviera discutiendo temas espirituales con tanta seriedad sugiere que Su conciencia sobre Su identidad y propósito ya estaba creciendo.
Al intentar profundizar más sobre cuándo exactamente Jesús supo plenamente que era el Salvador, entramos en un terreno de especulación teológica. Las Escrituras no ofrecen detalles completos, y mucho de lo que entendemos proviene de la interpretación y el razonamiento a partir de los textos disponibles.
Una perspectiva, basada en los Santos de los Últimos Días, es que Jesús, al igual que todos los niños, nació bajo un velo de olvido. Este velo permite que los seres humanos crezcan y aprendan en estado mortal sin tener pleno conocimiento de su existencia premortal.
En este contexto, es razonable pensar que Jesús, a pesar de Su naturaleza divina, también experimentó este velo al nacer. A medida que crecía, su comprensión de Su misión le habría sido revelada gradualmente a través de comunicación divina y revelación personal.
En Doctrina y Convenios 93:11-13 se enseña que Jesús:
“No recibió de la plenitud al principio, sino que continuó de gracia en gracia hasta que recibió la plenitud”.
Esto indica que Su comprensión y conciencia de Su misión divina no fueron instantáneas, sino que se desarrollaron a lo largo del tiempo. Este proceso gradual de aumento en sabiduría y gracia concuerda con la idea de que Él aprendió y creció en conocimiento de Su propósito como Salvador.
Otro aspecto fundamental es la comunicación directa que Jesús mantenía con Dios el Padre a lo largo de Su vida. En Juan 5:19, Jesús declara:
“No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera”.
Esta relación cercana indica que Jesús recibía guía y revelación constante sobre Su misión.
También es importante considerar el papel de Sus padres terrenales, María y José. Ellos habrían jugado un papel esencial en enseñarle y ayudarle a comprender Su identidad divina. La combinación de instrucción terrenal y revelación divina seguramente moldeó Su entendimiento de Su papel como el Salvador.
Fuente: Ask Gramps
