Por Lehi Vega
1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
2 Porque por ella alcanzaron aprobación los antiguos.
3 Por la fe entendemos que los mundos fueron formados por la palabra de Dios,
6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.
7 Por la fe Noé, habiendo sido advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca para que su casa se salvase; por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que es según la fe.
17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su unigénito,
24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón,
25 escogiendo ser afligido con el pueblo de Dios, antes que gozar de los placeres temporales del pecado.
29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; y cuando los egipcios intentaron hacer lo mismo, fueron ahogados.
32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría para contar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas,
33 quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros” (Hebreos 11:1-3, 6, 7,17, 24, 25, 29, 32, 33,34).
Creo que todos nosotros como seres humanos sin importar religión, raza y si somos cristianos o no siempre hemos escuchando hablar de la Fe.
Desde mi infancia y juventud siempre que me venía a la mente esa pequeñita palabra con tan grande significado pensaba: “Bueno es creer en algo que no vemos pero sabemos que es verdad” Y así es viéndolo desde el punto de vista más sencillo ¡eso es la Fe!
Y es algo que aprendí desde pequeño pero ahora me he dado cuenta que la fe es más que eso. Es el primer principio en el Evangelio de Jesucristo y algo tan grande que puede mover montañas como literalmente lo explico Jesucristo aquella ocasión en que sus apóstoles no pudieron sanar al hijo de aquel hombre que con tanto afán pedía a Jesucristo un milagro:
14 Y cuando ellos llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático y padece terriblemente; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas otras en el agua.
16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no lo han podido sanar.
17 Y respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.
18 Y Jesús reprendió al demonio, y éste salió del muchacho, y quedó sano desde aquella hora.
19 Entonces, los discípulos se acercaron a Jesús aparte y dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
20 Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible (Mateo 17:13-21).
Esa manera de proceder del Salvador con sus Apóstoles me hizo pensar lo que puede hacer la Fe. El lo describió como mover montañas y en nuestra vida puede ser mover las montañas que se nos cruzan, seguro los apóstoles sabían qué era la fe pero al momento de querer reprender al demonio y sanar a aquel muchacho no bastó con saber y creer si ese pequeño acto lo hiciera sanar.
El profeta Alma en el Libro de Mormón explicó:
21 Y ahora bien, como decía concerniente a la fe: La fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas (Alma 32:21).
La Fe es eso, esperanza, es confianza en algo que no ha sucedido pero creemos puede suceder y es algo que los apóstoles que habían visto a Cristo sanar que habían presenciado milagros, aún no tenían. La fe necesita actos, necesita obras:
14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras (Santiago 2:14,17-18).
Esta es una parte importante de la fe, sin las obras, la fe no funciona, no surte efecto, esa pequeña palabra que tiene un grande significado, sin las obras, sin actuar no funciona. Nosotros somos responsables de que surta efecto, de que pueda mover las montañas de nuestra vida o de que simplemente, como cuando Jesucristo fue rechazado en su propia tierra nos suceda lo mismo:
58 Y no hizo allí muchas obras maravillosas a causa de la incredulidad de ellos (Mateo 13:58).
De nosotros depende poder ver que se hagan y realicen obras maravillosas o que no se hagan, todos conocemos que es la fe desde el punto de vista más sencillo, pero debemos tener obras, debemos actuar y ver las cosas de la forma que Dios la ve:
26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible, mas para Dios todo es posible (Mateo 19:26).
Sé que la fe, el primer principio del Evangelio, nos mueve a hacer todo, nos alienta, nos sobreprotege, nos inspira y si actuamos, puede mover montañas, lo ha hecho muchas veces y lo puede seguir haciendo.