El presidente Dallin H. Oaks, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, compartió una poderosa reflexión sobre las expectativas y la preparación profesional de los jóvenes.
La presión que sienten algunos jóvenes
Durante sus conversaciones con la juventud, ha notado que muchos sienten la presión de seguir los pasos profesionales de sus padres, líderes de la Iglesia, misioneros u otros modelos de conducta confiables.
Esta presión puede ser beneficiosa en algunos casos, pero en otros, puede no ser adecuada para los talentos y circunstancias únicos de cada joven adulto.
“Al hablar con los jóvenes, he aprendido que muchos suponen que deben prepararse para el mismo tipo de trabajo u ocupación que tienen sus padres, sus líderes de la Iglesia o de la misión, u otros modelos de conducta de confianza”, dijo el presidente Oaks.
Esta observación resalta una realidad común: la tendencia de los jóvenes a moldear sus aspiraciones profesionales en base a los ejemplos cercanos y familiares que consideran exitosos.
El mejor ejemplo a seguir
Sin embargo, el presidente Oaks señala que estas expectativas no siempre alinean con los dones y las oportunidades individuales de cada joven. “A veces, esas expectativas son adecuadas para los talentos y las circunstancias de los jóvenes adultos, pero otras veces no lo son”, afirma.
Esta discrepancia puede llevar a los jóvenes a caminos que no maximicen su potencial o felicidad. Afortunadamente, las profesiones y roles en la vida son temporales, y lo que verdaderamente importa trasciende las ocupaciones del mundo.
“Afortunadamente, los roles profesionales son temporales, y los asuntos de importancia eterna han sido demostrados por la vida de Jesucristo”, explicó el presidente Oaks.
Este recordatorio nos enfoca en la importancia de los valores y principios eternos que Cristo ejemplificó.
El único modelo de conducta infalible es Jesucristo. “El único modelo de conducta que es seguro seguir siempre es el de nuestro Salvador“, destacó el presidente Oaks.
Las enseñanzas y el ejemplo de Jesucristo trazan el camino para todos los discípulos, ofreciendo una guía segura y eterna.
Seguir a Cristo requiere más que un compromiso ocasional. “Seguir a Cristo no supone un ejercicio ocasional o casual, sino una dedicación continua y una manera de vivir que se aplica en todo tiempo y en todo lugar”, enfatizó el presidente Oaks. Esta dedicación debe reflejarse en cada aspecto de la vida diaria, convirtiéndose en una guía constante y firme.
Un modelo de conducta para la vida terrenal y toda la eternidad
El presidente Oaks invita a todos a estudiar la vida de Jesucristo y adoptar Sus cualidades como modelo de conducta. “Estudien la vida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y hagan de Sus cualidades su modelo de conducta para la vida terrenal y toda la eternidad”, aconseja. Los verdaderos discípulos de Cristo no solo buscan imitarlo en esta vida, sino también prepararse para la eternidad.
“Los discípulos de Cristo buscan seguirlo y llegar a ser como Él, no solo aquí sino también en el más allá”, concluye el presidente Oaks. Este llamado a la acción es un recordatorio poderoso de que, mientras las ocupaciones y roles profesionales pueden variar y cambiar, los principios eternos y el ejemplo de Jesucristo son constantes y seguros.
En un mundo lleno de incertidumbres y expectativas diversas, el consejo del presidente Dallin H. Oaks nos guía hacia el único camino seguro: seguir a nuestro Salvador, Jesucristo, y hacer de Sus enseñanzas el fundamento de nuestras vidas.