Estoy teniendo problemas con mi fe. No fue algo en especifico lo que causó eso, fue la suma de muchas cosas.
Estoy haciendo lo que puedo para superar esto, pero siento que las respuestas de siempre, “estudia las escrituras, ayuna, escudriña, lee las palabras de tus líderes”, etc, no me están dando la confirmación o validación que necesito, que la Iglesia en la que creo sigue siendo real.
Le he derramado mi corazón al Padre Celestial en muchas oraciones, pero sólo he recibido silencio de Su parte, ¿qué puedo hacer?
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Respuesta
En su discurso, “No perdáis, pues vuestra confianza”, el Élder Jeffrey R. Holland
“Deseo que cada uno de nosotros cobre confianza en cuanto a la oposición que con tanta frecuencia experimentamos después de haber tomado desiciones inspiradas, después de que los momentos de revelación y de convicción nos han proporcionado una paz y una certeza que creímos que nunca llegaríamos a perder…
La moraleja en ambos casos es que no podemos enrolarnos en una batalla de significado y de consecuencias tan eternas sin saber que habrá una lucha, una lucha bien dura y en la que resultaremos vencedores, pero una lucha al fin y al cabo…
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón… Si todo estaba bien cuando oraron al respecto, confiaron en ello y vivieron para ello, todavía lo sigue siendo. No se rindan ante la presión”
Personalmente creo que nuestras mayores pruebas provienen de no saber cuándo vendrá nuestra momento de liberación.
Si todos tuviéramos una esfera mágica que nos hiciera saber que las respuestas que estamos buscando, nuestros periodos de pruebas y tribulaciones serían mucho más fáciles porque podríamos ver el final de nuestro periodo de probación.
En estos casos, como en el tuyo, no podemos ver el final, ni siquiera vemos la luz al final del túnel, y el consejo que recibimos (a veces) parece redundante: “Sigue adelante, sigue adelante, ¡Sigue adelante!” Y, sin embargo, ese es nuestro mejor consejo, no te rindas en la lucha que aún tienes por delante.
El Señor obra en nosotros a través de medios pequeños y sencillos. El adversario no requiere un gran acontecimiento para minimizar la fe de los elegidos. Trabajará de la misma manera, por medios pequeños y sencillos, para hacernos dudar de lo que ya se nos ha revelado, es por eso que siempre me han encantado las palabras del Élder Holland:
“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón… Si todo estaba bien cuando oraron al respecto, confiaron en ello y vivieron para ello, todavía lo sigue siendo. No se rindan ante la presión.”
La presión aumenta en tu vida. La presión de no recibir aún más luz se suma a esta presión.
No sé por qué Dios responde algunas oraciones de inmediato, y porqué otras toman más tiempo en llegar. Tampoco entiendo la facilidad con la que escucho las respuestas a mis oraciones.
A veces me doy cuenta, después de tiempo, que Dios ya me ha respondido, sólo que en ese entonces no me encontraba mentalmente listo ni dispuesto a aceptar la respuesta que recibí, pero, en el tiempo del Señor lo escuché, lo acepté y seguí adelante.
Si nuestra prueba proviene de un evento importante, o una suma de acontecimientos menores (pequeños y sencillos), ese no debería ser nuestro enfoque, porque conducen al mismo fin, a una elección.
Tienes una elección muy importante, aferrarte, como el Élder Holland lo ha mencionado, a lo que Dios ya te ha revelado, y será eso lo que nos mantendrá avanzando a través de la niebla que nos rodea hasta que compartamos la luz, el conocimiento y el amor de Dios, o lo dejemos ir porque se ha vuelto algo demasiado difícil de llevar.
Te animo a que recuerdes las palabras del Élder Holland:
“Si fue correcto cuando oraste al respecto y confiaste en él y viviste por él, es ahora. No te rindas cuando la presión aumenta.”
Las palabras del Élder Holland también se aplican al testimonio y la confirmación que hemos recibido en relación con el evangelio de Jesucristo restaurado por el profeta José Smith.
De la misma manera, el Élder Holland te ofrece las mismas palabras que le dijo a un joven padre que caminaba por un lado de la carretera:
“No te des por vencido, muchacho. No te desanimes. Sigue caminando. Sigue intentándolo. Encontrarás ayuda y felicidad más adelante, muchísima en unos treinta años y aún más allá en el futuro. Mantén la cabeza en alto; al final todo saldrá bien. Confía en Dios y cree en las cosas buenas que están por venir.”
Este artículo fue escrito y publicado originalmente por askgramps.org bajo el título “I am struggling with my faith. Why isn’t Heavenly Father answering my prayers? ”