Cada cierto tiempo aparece la misma pregunta: ¿hasta qué punto la masonería influyó en las ceremonias del templo? 

En redes, en conversaciones y hasta en clases, siempre hay alguien que afirma que “todo viene de ahí”. Pero cuando miramos con calma la historia y las Escrituras, encontramos algo mucho más interesante y mucho más antiguo.

Hoy en día, la masonería tiene casi cero influencia en la vida de los Santos de los Últimos Días. La mayoría nunca ha tenido contacto con ella, y por décadas los mormones ni siquiera podían unirse a logias en Utah.

Aun así, la comparación aparece, sobre todo porque José Smith se hizo masón en 1842, poco antes de enseñar el endowment en Nauvoo. 

Eso ha llevado a algunos críticos a decir que una cosa salió de la otra. Pero cuando se observa la línea de tiempo completa, esas conclusiones simplemente no encajan.

Mucho antes de Nauvoo ya había patrones del templo

La doctrina y las revelaciones de José Smith muestran que los principios del templo estaban presentes desde los primeros años de la Restauración. Imagen: Joseph Smith Papers website

Lo sorprendente es que los elementos del templo aparecen en la vida, enseñanza y revelaciones de José Smith mucho antes de 1842. Esto no es opinión; está documentado.

La Primera Visión mostró luz, enseñanza divina y una relación directa con el cielo, elementos que más adelante reconoceríamos en el templo. 

Años después, incluso el relato de José Smith padre sobre la portada de las planchas mencionaba símbolos sagrados que aparecían mucho antes de que José tuviera cualquier contacto con la masonería. El Señor ya estaba usando un lenguaje simbólico para preparar el terreno.

El Libro de Mormón continúa ese patrón. Las visiones de Nefi y Lehi, el mensaje del rey Benjamín sobre la creación, la caída, la redención y el recibir un nombre nuevo, así como los relatos en Éter, muestran temas que hoy asociamos con la adoración en el templo. 

Todo esto fue revelado trece años antes de que José se uniera a la masonería. 

Finalmente, Doctrina y Convenios 124 habló directamente de lavamientos, unciones, asambleas solemnes y bautismos por los muertos. Cuando vemos todo junto, entendemos que el templo no nació en Nauvoo. El Señor lo fue revelando paso a paso desde el principio.

Entonces, ¿qué hacemos con las similitudes?

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Las similitudes existen, pero no explican la esencia del templo, que proviene de revelación y no de una organización terrenal. Imagen: National Geographic

Lo más honesto es reconocer dos cosas:

  • Hay similitudes.
  • Hay diferencias enormes.

La masonería era un lenguaje simbólico que José Smith ya conocía por su época. Cuando ingresó oficialmente, ciertos símbolos le resultaron útiles para enseñar principios espirituales profundos a un pueblo que necesitaba imágenes, palabras y gestos familiares.

Pero eso no significa que el templo venga de ahí. Más bien, ambos toman elementos de tradiciones mucho más antiguas.

Los símbolos no nacieron en el siglo XIX

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Los patrones simbólicos aparecen en culturas antiguas de todo el mundo, lo que revela un lenguaje espiritual mucho más antiguo que cualquier sociedad moderna. Créditos: Raquel Clausi Rochina, Cordon Press

En culturas milenarias encontramos patrones que reflejan verdades similares.

Un ejemplo sorprendente viene de la tradición china, donde Fuxi y Nüwa, considerados los primeros humanos, aparecen representados con una escuadra y un compás. Su historia menciona sacrificios, creación, matrimonio y autoridad moral.

Sería imposible que José Smith conociera eso en 1842.

Lo que sí podemos ver es algo más grande: los símbolos espirituales viajan, sobreviven y se adaptan a distintas culturas porque vienen de un origen común.

La espiritualidad no compite

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Dios puede inspirar verdades en muchos lugares, y el templo reúne esas verdades bajo un propósito eterno y divino. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Pablo enseñó: 

“Examinadlo todo; retened lo bueno”1 Tesalonicenses 5:21.

El templo funciona con esa misma lógica. Dios revela verdades en muchos lugares, y cuando llega el momento, las organiza y les da propósito eterno dentro de Su obra. Por eso, para quienes buscan desacreditar el templo, la ruta más rápida es ignorar toda evidencia que muestre su origen divino. 

Pero para quienes se acercan con fe, el templo se convierte en un recordatorio de que el Señor ha estado guiando a Su pueblo desde mucho antes de Nauvoo.

El templo no es una réplica de ninguna sociedad humana. Es un espacio sagrado creado para enseñarnos quiénes somos, quién es Dios y cómo Él nos prepara para volver a Su presenciaLas similitudes con otras tradiciones no lo hacen menos divino. Más bien, reflejan cómo Dios ha estado hablando a Sus hijos en todo el mundo, desde tiempos muy antiguos.

Fuente: Add Faith 

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