mormones en la política
Combinar la vida religiosa ( mormones en la política) y las situaciones cotidianas podría parecer una realidad casi insostenible, entendiéndose que en algunos aspectos ambas cosas parecerían empujar a las personas hacia lados opuestos. La religiosidad y las doctrinas políticas pudieran ser complicadas de sobrellevar, pero ¿Puede un mormón participar en asuntos políticos? ¿Cuál es la posición de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días al respecto?
La libertad de participar o no en una actividad política depende más de la individualidad del mormón que de La Iglesia puesto que tal y como lo han dejado saber los líderes mormones a través de comunicados oficiales “la misión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es predicar el Evangelio de Jesucristo, no elegir líderes de gobiernos”.
Participación activa
Esta posición no arrebata a los miembros la oportunidad de participar de forma activa en movimientos sociales y políticos que les permitan llevar los principios y valores morales a la colectividad y a las estructuras de los gobiernos.
Muchos mormones se han incluido en este tipo de actividades con el fin de aportar sus conocimientos y deseos genuinos de servicio al prójimo por esta vía secular. El propio profeta José Smith aspiró a la presidencia de los Estados Unidos y lo hizo siendo un profeta de Dios y líder espiritual de una congregación devota al Salvador pero con conciencia personal. En una oportunidad el Profeta dijo que todas las personas “tienen el mismo derecho de participar de los frutos del gran árbol de nuestra libertad nacional”
Es importante destacar que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha manifestado su condición de neutralidad en asuntos que involucren a partidos políticos y da libertad a sus miembros a sufragar y afiliarse en el de su preferencia.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no apoya, promueve o se opone a partidos políticos, candidatos o afiliaciones. El compromiso de esta institución eclesiástica radica en difundir el mensaje divino de la salvación y exaltación de las almas.
Sin parcialidad alguna
La Iglesia Restaurada cuenta con espacios físicos impresionantemente bien construidos y con espacios para actividades que beneficien a la membresía y a la comunidad, pero no permite que en sus edificios se desarrollen campañas políticas o que se reúnan las listas de registros de miembros, así como tampoco se aproveche de otros recursos para fines partidistas.
Desde el liderazgo mormón no se procura invitar a sus miembros a apoyar a un candidato o partido especifico, sin importar si el candidato es miembro de La Iglesia o no. De la misma forma, La Iglesia no busca influir en los líderes gubernamentales de forma alguna, ni establece componendas que comprometan o no la condición y objetivo principal del mandato divino.
Mormones: buenos ciudadanos
En Los Artículos de Fe, que son un compendio de creencias básicas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en su apartado número 12 dice que los mormones: “Creemos en estar sujetos a los reyes, presidentes, gobernantes y magistrados; en obedecer, honrar y sostener la ley”.
Ello indica que como ciudadanos, los mormones conversos, respetan las leyes y los gobiernos y en esto los líderes hacen énfasis en alentar a los miembros a ser ciudadanos responsables en sus comunidades, respetando las realidades particulares de sus países y participando en las elecciones.
Política vs espiritualidad
En su condición de pueblo culto, los mormones tienen la libertad plena de informarse sobre temas de interés público. Los Santos de los Últimos Días, conversos, no olvidan su condición de pueblo de Dios y los asuntos políticos no intervienen con su espiritualidad ni en la armonía familiar y círculo de amigos y vecinos; recordando siempre el mandato del amor a sus semejantes dado por el Salvador.
La Iglesia de Jesucristo ha dejado en claro su posición respecto a estos asuntos de la política en una declaración de creencias de gobiernos y leyes que se encuentra registrada en el libro canónico Doctrina y Convenios, en la sección 134, donde se encuentra que “los gobiernos deben preservar la libertad de conciencia y de adoración; Todos los hombres deben sostener y apoyar a su respectivo gobierno y deben respeto y deferencia a las leyes; las sociedades religiosas no deben ejercer poderes civiles; los hombres quedan justificados si se defienden a sí mismos y si defienden su propiedad”.