Los Santos del pasado nos brindan esperanza en este tiempo de pandemia

pandemia

Como las pandemias del pasado, esta también pasará y encontraremos paz al guardar los mandamientos y seguir el ejemplo de nuestro Salvador Jesucristo.

Muchos de nosotros estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo en este tiempo de pandemia, a menudo podemos sentir que este es un acontecimiento sin precedentes que nunca antes habíamos experimentado.

Aunque la pandemia de COVID-19 es reciente y puede hacer que muchos de nosotros nos sintamos ansiosos, podemos sentir esperanza al saber que nosotros, como seres humanos, hemos enfrentado peligros similares y hemos podido encontrar paz y fortaleza en los ejemplos de quienes nos rodean. 

Aquí hay algunas lecciones inspiradoras y citas de Santos de los Últimos Días durante tiempos difíciles y peligrosos en la historia del mundo.

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El presidente Heber J. Grant durante la gripe española

La Primera Presidencia en 1936. De izquierda a derecha, el presidente J. Reuben Clark Jr., Primer Consejero; el presidente Heber J. Granty el presidente David O. McKay, Segundo Consejero.

Mientras el mundo sufría uno de los conflictos más terribles de nuestra historia, la Primera Guerra Mundial, el presidente Heber J. Grant buscó difundir paz y consuelo durante estos años difíciles. Lamentablemente, justo cuando la guerra estaba llegando a su fin, hubo un brote y pandemia mundial de gripe española.

Se perdieron miles de vidas durante su propagación mortal en enero y luego su regreso en octubre.

La pandemia puso al mundo en condiciones similares a las que vemos hoy en día como los cambios en la Conferencia General, personas que usan mascarillas siempre que salen de casa y gobiernos del mundo que emiten órdenes para que muchas personas se queden en casa tanto como les sea posible.

gripe española

Fue durante este tiempo que el presidente Grant, quien había servido en la junta directiva de la Asociación de Salud Pública de Utah durante muchos años, implementó varias regulaciones de salud para ayudar a frenar la propagación de la gripe española, incluida el agua de la Santa Cena que se distribuye en recipientes individuales en lugar de vasos comunales.

Aunque la Conferencia de abril se pospuso, en la siguiente Conferencia el presidente Grant se dirigió a los miembros de la Iglesia y se centró en la sanación mundial por los eventos sucedidos en la Primera Guerra Mundial, hablando sobre la necesidad de amarnos los unos a otros cuando aquellos conflictos llegaron a su fin.

El presidente David O. McKay durante la gripe asiática

Presidente David O. McKay y su esposa

Durante la peligrosa pandemia de la gripe asiática en la década de 1950, la Conferencia General se pospuso una vez más debido a las crecientes preocupaciones de salud.

El entonces presidente David O. McKay sintió la necesidad de compartir mensajes de consuelo y paz a los miembros de la Iglesia que sintieron una gran tristeza por el aplazamiento de la Conferencia General.

En un mensaje dirigido a todos los miembros de la Iglesia, el presidente McKay declaró:

“La vida es tan preciosa que el Señor espera que hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para conservarla. Estamos seguros de que nuestra gente comprenderá la renuencia que sentimos al abstenernos de las experiencias inspiradoras e elevadoras de la Conferencia General de la Iglesia y que estarán de acuerdo con la decisión que hemos tomado en oración.”

El presidente Hinckley después del atentado del 11 de septiembre

historia de la iglesia mormona

Después de los devastadores y terroríficos ataques del 11 de septiembre de 2001, el presidente Gordon B. Hinckley buscó ayudar y apoyar a una Iglesia que tenía tantos temores y ansiedades en torno a los conflictos crecientes después de esos trágicos acontecimientos. 

En la Conferencia General, a sólo un mes después de los ataques, declaró:

“Ahora bien, hermanos y hermanas, debemos cumplir con nuestro deber cualquiera sea ese deber. Es posible que no tengamos paz por un tiempo; algunas de nuestras libertades se verán restringidas; quizás pasaremos inconvenientes; o tal vez incluso seamos llamados a sufrir de una manera u otra. 

Pero Dios nuestro Padre Eterno protegerá esta nación y a todo el mundo civilizado que acuda a Él. Él ha declarado: “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová” (Salmos 33:12). Nuestra seguridad yace en el arrepentimiento. Nuestra fortaleza proviene de la obediencia a los mandamientos de Dios.”

El presidente Harold B. Lee durante la guerra de Vietnam

Durante los años sesenta y principios de los setenta, el mundo volvió a caer en un conflicto que se cobró la vida de muchos. 

Debido a que muchos hombres jóvenes fueron reclutados y enviados lejos de sus seres queridos para ayudar a preservar los derechos y libertades del mundo, el presidente Harold B. Lee buscó fortalecer y consolar a aquellos que habían perdido a sus seres queridos en aquel sangriento conflicto. En un funeral en 1971, dijo:

 

“Otra pregunta que frecuentemente se suscita es: ¿Por qué no fue protegido mi hijo, hermano, esposo o prometido en los campos de batalla como todos los que testifican que fueron librados milagrosamente? Las personas que han perdido a sus seres queridos con frecuencia se sienten atribulados por los incidentes excepcionales de aquellos que se han salvado milagrosamente. Tal vez digan: “¿Por qué tuvo que sucederle a mi hijo (esposo, hermano o prometido)?’’

Aunque esta pregunta tal vez jamás sea completamente contestada en esta vida, las Sagradas Escrituras nos dan algunas indicaciones aclaratorias. La ley eterna sí se aplica a la guerra y a aquellos que combaten en ella. Esta ley fue declarada por el Maestro mismo cuando Pedro cortó la oreja de Malco, quien era un siervo del sumo sacerdote judío. Jesús reprendió a Pedro, diciendo: “Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán” (Mateo 26:52).

En otras palabras, los perpetradores de la guerra perecerán por las mismas fuerzas destructivas que han desatado.

jóvenes guerreros

En el Libro de Mormón, tenemos las palabras del profeta Moroni, censurando erróneamente a Pahorán por su aparente negligencia mientras sus enemigos asesinaban a millares de sus hermanos. Moroni escribió a Pahorán:

“¿Creéis que por haber sido muertos tantos de vuestros hermanos ha sido a causa de sus maldades? Os digo que si habéis entendido esto, habéis pensado en vano; porque os digo que muchos son los que han caído por la espada; y he aquí, es para vuestra condenación;

“Porque el Señor permite que los justos mueran para que su justicia y juicios puedan caer sobre los malos. Por tanto, no debéis suponer que se pierden los justos por haber muerto; mas he aquí, entran en el reposo del Señor, su Dios” (Alma 60:12-13).”

Declaración de la Primera Presidencia durante la Segunda Guerra Mundial

En 1942, el mundo fue devastado una vez más por un conflicto mundial, y con el crecimiento de la Iglesia en todo el mundo, la triste realidad fue que muchos Santos de los Últimos Días en diferentes ocasiones se enfrentaron a otros Santos. 

Mientras la Iglesia se preparaba para brindar amor y consuelo a los miembros cuyas vidas pronto serían alteradas para siempre, emitieron una declaración para tranquilizar a las valientes personas que se dirigían a la guerra. La declaración concluyó:

“Cuando el conflicto haya terminado y retornen a sus hogares habiendo llevado una vida recta, ¡cuán grande será su felicidad, sean o no vencedores, por haber vivido como el Señor ha mandado! Retornarán tan disciplinados en rectitud que desde entonces en adelante las artimañas y estratagemas de Satanás no les harán mella. 

fotos mormonas en la guerra

Reunión sacramental realizada en el barco de guerra USS Cambria durante la Segunda Guerra Mundial, 1944.

Su fe y testimonio serán tan fuertes que nada los destruirá. Los demás los admirarán por haber atravesado el horno ardiente de la aflicción y la tentación y por haber salido ilesos. Sus hermanos los buscarán para pedirles consejo, apoyo y guía. Serán el ancla a la que de allí en adelante la juventud de Sión amarrará su fe en el hombre.”

Con muchos de los acontecimientos que ocurren en la actualidad, puede ser fácil sentirse ansioso y temeroso por el futuro. Pero podemos cobrar animo al saber que nuestro amoroso Padre Celestial nos dirige y nunca nos dejará ni nos abandonará.

Hemos experimentado tantas alegrías, triunfos y milagros maravillosos en nuestra historia, así como también dificultades. Tal como todas las tormentas, esto también pasará y encontraremos paz al seguir los mandamientos de nuestro Padre Celestial y seguir el ejemplo de Su Hijo Jesucristo.

Este artículo fue escrito originalmente por Devin Justensen y fue publicado originalmente por ldsdaily.com bajo el título “Inspiring Lessons From Latter-day Saints During Past Pandemics

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