Nota del editor: Este artículo está inspirado en el artículo de Deseret News a cargo de Scott Raines, escritor Santo de los Últimos Días, apasionado por las artes, la tecnología y la religión.
Hace más de 200 años, en la noche del 21 de septiembre de 1823, un joven José Smith de 17 años se arrodilló en oración. En sus propios escritos, relató que un ángel se le apareció, presentándose como un “mensajero enviado desde la presencia de Dios”, y lo llamó por su nombre.
Entre los mensajes recibidos, el ángel le dijo algo que debía ser desconcertante para el joven José:
“Dios tiene una obra para ti; tu nombre será conocido tanto por el bien como por el mal entre todas las naciones, pueblos y lenguas”.
En ese momento, José no podría haber imaginado el impacto que su nombre tendría. Años, y ahora siglos después, su nombre es un punto de referencia para muchos, tanto como fuente de inspiración como de controversia. Como lo expresó el célebre profesor de Yale Harold Bloom, José Smith fue el vehículo de una revolución religiosa que comenzó en América y se ha extendido por todo el mundo.
Un profeta para algunos, una figura controvertida para otros
Es cierto que no todos ven a José Smith de manera positiva. Para muchos críticos, su nombre se asocia con desconfianza o rechazo, cumpliendo así una parte de la profecía que hablaba del mal. Pero también es cierto que para millones, José es una figura reverenciada, vista como un profeta auténtico, similar a figuras bíblicas como Moisés o Abraham.
Harold Bloom lo expresó de manera clara: “José Smith fue un genio religioso auténtico, único en nuestra historia”. Aunque Bloom no compartía la fe de los Santos de los Últimos Días, su estudio del profeta lo llevó a reconocer que Smith fue una figura sin precedentes en la historia religiosa de Estados Unidos y del mundo.
Un joven de origen humilde con una misión extraordinaria
Steven Harper, profesor de Historia y Doctrina de la Iglesia en la Universidad Brigham Young, explicó que en 1834, en una pequeña reunión en Kirtland, Ohio, José Smith hizo una afirmación audaz: “Este reino llenará el hemisferio y luego llenará el mundo”. En ese momento, parecía una idea casi imposible, pero hoy vemos cómo se ha cumplido en gran medida.
José Smith, un joven de una familia humilde, era consciente de su propio anonimato. Y sin embargo, hoy su nombre es conocido en todo el mundo. Desde Mongolia hasta África, sus enseñanzas son proclamadas por millones de miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Un legado de influencia duradera
El renombrado escritor ruso León Tolstói también habló de la influencia de los seguidores de José Smith. Señaló que los principios enseñados por los Santos de los Últimos Días no solo preparan a las personas para el cielo, sino que también establecen una base sólida para sus relaciones sociales y económicas.
Tolstói llegó a decir que, si los seguidores de esta fe continuaban viviendo sus enseñanzas, su progreso sería “ilimitado”. Esta visión de un pueblo trabajador y unido resuena hoy en día, con millones de personas que encuentran en las enseñanzas de José Smith una guía para sus vidas.
Millones volverán a conocer al ‘Hermano José’
A lo largo de los años, algunos han acusado a los miembros de la Iglesia de otorgar a José Smith una reverencia excesiva, citando himnos como Alabanza al Hombre como ejemplo de esta devoción. Este himno, escrito por W. W. Phelps poco después del martirio de José, es en sí mismo una manifestación del cumplimiento de la profecía: “Millones volverán a conocer al Hermano José”.
Hoy, millones conocen su nombre, y con el tiempo, millones más lo reconocerán. La profecía que una vez parecía lejana e incomprensible, sigue cumpliéndose a medida que el mensaje de la Restauración continúa extendiéndose por todo el mundo.
Fuente: Deseret News