El libro Santos, tomo II: “Ninguna mano impía”, está lleno de historias de lo bueno y lo malo que vino de establecerse en Utah y vivir bajo el evangelio restaurado, desde la edificación de templos y la creciente obra misional hasta los desafíos con la poligamia, detalles que comprenden los horribles eventos en la Masacre de Mountain Meadows y experiencias de la vida de los miembros de Europa a las islas.
Aquí te compartimos cinco experiencias desde las perspectivas de los Santos pioneros sobre sellamientos en el templo, el matrimonio plural, divorcios y otros temas comprendidos en el tomo II.
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1. Los primeros Santos no eran sellados a sus padres si es que no habían sido miembros de la Iglesia en vida
“Algunos santos se agruparon en familias adoptivas especiales. Por ese entonces, los santos no se sellaban a sus difuntos padres si estos no se habían unido a la Iglesia en vida. Por tanto, antes de salir de Nauvoo, Brigham había animado a unos doscientos santos a que se sellasen, o fuesen espiritualmente adoptados, como hijos e hijas en las familias de líderes de la Iglesia que eran sus amigos o mentores en el Evangelio”.
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2. Por un periodo de tiempo, Joseph F. Smith fue un historiador de la Iglesia y realizó investigaciones con respecto al matrimonio plural
“En el transcurso de los últimos tres años, Joseph F. también había entendido más sobre la manera en la que su tío y su padre respondieron a los graves peligros que enfrentaron en Nauvoo.
A fin de defenderse personalmente y a la Iglesia contra quienes los criticaban, en ocasiones, ellos habían respondido a los rumores sobre el matrimonio plural en Nauvoo publicando declaraciones en las que denunciaban cuidadosamente las prácticas falsas sin condenar la práctica autorizada en sí.
La precaución con que actuaron ayudaba a explicar por qué casi no existían pruebas escritas para vincular al profeta y a Hyrum con la práctica.
Para corregir esta brecha en el registro histórico, Joseph F. comenzó a recopilar declaraciones firmadas de personas que habían participado en los primeros matrimonios plurales. Algunas de las mujeres con las que habló habían sido selladas a José Smith por esta vida y la venidera. Otras habían sido selladas al Profeta solo por la eternidad.
Joseph F. también reunió información de lo que su tía Emma sabía sobre la práctica. La hermana mayor de él, Lovina, había vivido con Emma durante un tiempo, cuando ya la mayoría de los santos habían partido hacia el oeste. Testificó que Emma le había dicho una vez, que ella consintió y presenció los sellamientos de su esposo a algunas de sus esposas”.
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3. Una de las hijas de Brigham Young, Susie, quiso ir en una gira de conferencias con dos de las esposas de su padre para promover un libro que trataba sobre las mujeres Santos de los Últimos Días
“Los santos habían publicado recientemente un libro en la ciudad de Nueva York llamado ‘The Women of Mormondom’ [Las mujeres del mormonismo] para contrarrestar las representaciones que se hacían de las mujeres Santos de los Últimos Días y que aparecían en los libros y las disertaciones de ‘Fanny Stenhouse’, Ann Eliza Young y otros críticos de la Iglesia.
En ‘The Women of Mormondom’ aparecían los testimonios de varias mujeres prominentes de la Iglesia que presentaban sus experiencias de manera positiva.
Para ayudar a promocionar el libro, Susie quería ir en una gira de presentaciones a nivel nacional con dos de las esposas de su padre: Eliza Snow y Zina Young, y con su hermana Zina Presendia Williams. Susie siempre había anhelado ser una gran oradora y escritora, y estaba ansiosa por viajar por el país y dar conferencias”.
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4. El divorcio para los primeros Santos de los Últimos Días era complicado, pero sí se llevaban a cabo
“Luego de la muerte de su padre, Susie Young Dunford tenía dificultades para saber qué hacer con respecto a su matrimonio debilitado. Cuando Alma, su esposo, partió en una misión, ella esperaba que la experiencia lo cambiara. Sin embargo, este seguía enojado y a la defensiva en las cartas que le enviaba.
Al no querer actuar apresuradamente, Susie consideraba las opciones que tenía ante ella y oraba continuamente en cuanto a su dilema. Poco antes de su fallecimiento, su padre le había recordado que las funciones de esposa y madre eran fundamentales para su éxito en la vida.
Susie quería cumplir esas funciones con rectitud. No obstante, ¿significaba aquello que tenía que permanecer en un matrimonio en el que había maltrato?.
Una noche, Susie soñó que ella y Alma visitaban a su padre en la Casa del León. Brigham tenía una asignación para ellos, pero en lugar de extendérsela a Alma, como solía hacerlo cuando estaba vivo, se la extendía a Susie.
Al partir para cumplir con la asignación, Susie encontraba a Eliza Snow en el corredor. ¿Por qué su padre le había extendido a ella la asignación, cuando siempre se lo había pedido a Alma anteriormente?, le preguntó Susie.
“Él no entendía entonces”, decía Eliza en el sueño, “pero ahora sí”.
Las palabras de Eliza resonaban en Susie al despertar. Era un consuelo darse cuenta de que su padre podría tener una perspectiva diferente en el mundo de los espíritus de la que tenía en vida.
Susie solicitó el divorcio poco después y Alma regresó de Inglaterra y comenzó a consultar a abogados”.
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5. A un Santo de los Últimos Días, que fue arrestado por bigamia, se le confiscaron sus gárments del templo en prisión, aunque luego se los devolvieron
“Luego de un viaje en tren de cuatro días, George Reynolds llegó a la prisión estatal de Nebraska, a más de 1400 km al este de Salt Lake City, para cumplir su condena de dos años por bigamia. Allí, los guardias le confiscaron sus posesiones, incluso su ropa y los gárments del templo. Luego de bañarse, le cortaron bien corto el cabello y le afeitaron la barba.
Le asignaron una celda, le dieron una tosca camisa, un par de zapatos, una gorra y un uniforme de prisionero de rayas azules y blancas. Tres veces al día, Reynolds y los demás prisioneros debían marchar en silencio hasta la mesa de la comida, allí él recogía los alimentos y volvía luego a la celda para comer en soledad.
Luego de unos pocos días, los oficiales de la prisión le devolvieron sus gárments, por lo que él se alegró de que respetaran sus creencias religiosas, al menos en ese respecto”.
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Fuente: ldsliving.com