José Smith fue asesinado por un populacho en la cárcel de Carthage el 27 de junio de 1844. Este episodio no abarcará los acontecimientos de ese día en detalle. En vez de eso, veremos la controversia que rodea la destrucción del “Nauvoo Expositor”, un periódico que se oponía a la Iglesia de Jesucristo, y cómo aquel evento desencadenó los sucesos que finalmente llevaron al martirio de José y Hyrum Smith.
Destruir el “Nauvoo Expositor” no fue la verdadera razón por la que mataron a José. Fue solo la gota que derramó el vaso.
Las personas estaban enojadas por muchas razones. Por el lado político, los Santos de los Últimos Días en Nauvoo eran una amenaza, por el lado teológico se los consideraba blasfemos y, además, habían comenzado a circular rumores de que José estaba enseñando y practicando silenciosamente el matrimonio plural en Nauvoo, lo cual, por supuesto, era verdad.
Para suscitar controversias, algunos miembros disidentes, incluidos William Law, Robert Foster y Francis Higbee, realizaron una nueva publicación bastante polémica en Nauvoo llamada el “Nauvoo Expositor”.
El 7 de junio, en su primera y única edición, el Expositor atacó los objetivos políticos de José, el matrimonio plural y las enseñanzas teológicas de la Iglesia.
El 8 de junio, José le dijo al Concejo del Ayuntamiento de Nauvoo que “tal documento tenía el propósito de destruir la paz de la ciudad y que no era seguro que tal cosa exista debido al espíritu que tiende a producir entre el populacho”.
El 10 de junio, el Concejo del Ayuntamiento se reunió nuevamente durante varias horas para decidir qué acción tomar. De hecho, puedes leer el acta de la reunión del consejo en su versión en inglés en línea si lo deseas.
El consejero legal de la ciudad estaba en la reunión. Él calificó como “perjuicio” a cualquier cosa que perturbe la paz de la ciudad. Con eso como base legal y con solo un voto en contra, el Consejo acordó tomar medidas al respecto.
El diario personal de José Smith resume lo que terminó sucediendo:
“El Consejo aprobó la ordenanza que declaraba que el “Nauvoo Expositor” caía en una acción de prejuicio, y también emitió para mí la ordenanza en la que se me permitía mitigar dicha acción de prejuicio. Rápidamente, le di la orden al jefe de policía de que destruyera [la imprenta] sin demora…
Alrededor de las 8 p.m., el jefe de policía regresó y me informó que había sacado la imprenta, las fuentes, el papel impreso y los accesorios a la calle y los había destruido.
Esto se hizo a causa del carácter injurioso y difamatorio del periódico, su intención declarada era la de destruir el Ayuntamiento y expulsar a los Santos de la ciudad”. –Diario de José Smith, 10 de junio de 1844
Ahora, ¿era ilegal organizar un grupo y destruir aquel periódico?
El Consejo del Ayuntamiento no creía lo mismo. Sin embargo, el gobernador, Thomas Ford, no estuvo de acuerdo con la decisión que se tomó.
Él, comprensiblemente, pensó que se trataba de una violación a la libertad de prensa.
Más adelante, José le escribió una carta al gobernador Ford explicándole la justificación legal por parte del Concejo del Ayuntamiento. Él también agregó:
“Si nos hemos equivocado, nuevamente le decimos que lo haremos todo para enmendar si es que se nos brinda dicho privilegio”.
En respuesta a la destrucción del Expositor, Thomas Sharp publicó lo siguiente mediante el periódico “Warsaw Signal”:
“¡La guerra y el exterminio son inevitables! ¡¡Ciudadanos LEVÁNTENSE TODOS!! – ¿Es posible que puedan quedarse inertes y sufrir tales atrocidades INFERNALES? ¿Que DESPOJEN a los hombres de sus bienes y DERECHOS, sin vengarlos? No tenemos tiempo para comentarios, cada hombre hará lo suyo. ¡¡¡Que se haga con PÓLVORA Y BALAS!!!”
Semanas antes del evento, el mismo Thomas Sharp advirtió lo siguiente:
“José Smith no se encuentra a salvo estando fuera de Nauvoo, y no debería sorprendernos saber que dentro de poco pueda morir de manera violenta”.
José estaba en aprietos. El gobernador Ford quería que él y otros fueran juzgados en Carthage, Illinois. Él invitó a Ford a Nauvoo. Ford rechazó la invitación y amenazó con enviar a la milicia a Nauvoo para arrestar a José, lo que también tenía altas probabilidades de terminar en una masacre.
José le respondió: “No nos atrevemos a ir, a pesar de que su Excelencia nos promete protección. Además, al mismo tiempo, usted ha expresado su temor de no poder controlar al populacho, en cuyo caso quedamos a merced de personas despiadadas”.
Entonces, José y un par de personas más optaron por la Opción C. Ellos escaparon de Nauvoo con el fin de apelar al gobierno federal, por lo que cuando un grupo de oficiales llegó a Nauvoo para arrestar a José, no lo encontraron allí.
Emma le escribió a José pidiéndole que se entregara y que confiara en el proceso legal. Además de eso, algunos Santos que se sentían ansiosos por la situación pensaron que José los había abandonado como un pastor que deja a su rebaño a los lobos.
Resignado a su destino, José dijo: “Si mi vida no es de ningún valor para mis amigos, tampoco lo es para mí”. Él, junto con muchos otros, se entregaron el 24 de junio.
El 25 de junio en Carthage, todos fueron puestos en libertad bajo fianza hasta el día de su juicio, a excepción de José y Hyrum, quienes habían sido arrestados nuevamente, justo en el último minuto, por cargos de traición.
Este es un tema que no tocaré, porque incluso el gobernador Ford más tarde “dudó de que eran culpables de traición”.
Más tarde, él reconocería que los cargos fueron una farsa para mantener a los hermanos Smith en la cárcel “con el propósito de asesinarlos después”.
Y eso pasó.
José e Hyrum fueron llevados a la cárcel dae Carthage donde esperarían por su audiencia. John Taylor y Willard Richards fueron voluntariamente con ellos.
En pocas palabras, estos son los eventos que llevaron al encarcelamiento y asesinato de José Smith.
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