“Vivan para ver la mano del Señor restaurando toda bendición en nuestra vida, sanando toda herida y arreglando toda cosa que se haya quebrado”, declaró el élder Jeffrey R. Holland del Cuórum de los Doce Apóstoles a todas las mujeres de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, las mujeres la noche del miércoles 22 de enero desde Lima, Perú.
Dios ama las cosas quebradas
“Hay épocas en nuestra vida que pueden ser tristes, tal vez se sienten ustedes quebrados o que algo se ha quebrado. Tal vez el matrimonio, o tal vez sus hijos se han alejado de la Iglesia, tal vez se trata de su salud, tal vez se trate de un empleo, tal vez hay una muerte inesperada… Todas estas cosas pueden ocurrir y nos hacen sentir quebrados, pero deben saber que Dios ama a las cosas quebradas”, declaró el élder Holland.
“Mi testimonio para ustedes esta noche, queridas hermanas, es que perseveren y que sean creyentes y sepan que Dios es bueno. Sean pacientes y sigan siendo fuertes, no se rindan porque estos ciclos de ruptura son parte del plan de Dios.
Quebrarnos para progresar
El élder Holland explicó la forma en que las cosas quebradas permiten bendiciones:
“Se requieren nubes quebradas para alimentar la tierra, se requiere quebrar la tierra para que crezcan los granos, se requiere también quebrar el grano para crear el pan, se requiere quebrar el pan para alimentarnos. Estos son los ciclos de la vida y está bien. No tengan pánico, por el hecho que algo parezca que esté roto, manténganse fuertes y perseveren.
Dios ama las cosas quebradas, Él ama las cosas que perdemos, Él ama las cosas que alejamos de nosotros porque al final, ustedes lo van a recibir de regreso. Recuerden que lo que el Señor más ama de nosotros está roto, esto es un corazón quebrantado y un espíritu contrito”.
Cristo murió por un corazón quebrantado así que Él te entiende
El élder Holland compartió un análisis y una perspectiva de la forma en la que el corazón de Cristo fue quebrado mientras fue crucificado:
“¿De qué murió Cristo? Él no murió por esos clavos en sus manos y en sus pies. Se supone que debió fallecer por la crucifixión, pero no fue eso lo que le mató. Ningún órgano fue dañado, pero sus pulmones colapsaron por la crucifixión y fue de eso de lo que murió Jesucristo.
Cuando se aparece el soldado romano para culminar con la muerte de Jesucristo, y se acerca a él, el soldado dice: ‘Creo que ya está muerto’ y no fue necesario quebrar sus piernas, pero solo para asegurarse, él clava la espada bajo las costillas de Jesús y entonces emana sangre y agua. ¿De dónde vino esto? Su corazón no estaba dañado, ningún órgano estaba dañado, excepto por el dolor de sus manos y sus pies, entonces, ¿de dónde salió todo esta agua y esta sangre? Proviene de un corazón quebrantado.
De una manera que no comprendo, pero lo que si sucedió es que el dolor por los pecados del mundo era tan grande que su corazón se quebró y esta capa amniótica que cubría su corazón se rompió y entonces drenó la sangre y bajó hasta su cavidad abdominal y cuando el soldado clavó esa parte, entonces, salió la sangre.”
La Santa Cena nos recuerda que todo se puede arreglar
Después de explicarnos la forma en la que nuestro Salvador murió por cada uno de nosotros, el élder Holland declaró con gran determinación:
“Ahora, hermanos y hermanas, cuando servimos a Dios, amamos a Dios y hacemos convenio con Él, se supone que debemos sentir un poquito de ese dolor que Él sufrió por los pecados del mundo, primero por nuestros propios pecados y luego si nos hemos arrepentido podemos sentir el dolor por los pecados de nuestros hermanos, nuestros hijos, y el de los demás.
Nos identificamos con el sacrificio de Jesucristo haciendo nuestra pequeña declaración simbólica, nuestro pequeño sacrificio que celebramos mediante un pequeño pedazo de pan y una copita de agua por el cuerpo de Él que fue quebrado y por la sangre que emanó.
Para nosotros solamente es un simbolismo pero nos recuerda por qué es que se rompen las cosas en este mundo y que nuestra única esperanza en este mundo caído está en el evangelio de Jesucristo, está en la expiación del Salvador de mundo quien nos da de regreso todo aquello que se nos haya roto.
Jesucristo arregla y compone todo: Un nuevo corazón, una nueva vida, un matrimonio reconstituido, hijos activos, el dolor que se aleja de nosotros, la enfermedad que es curada, la muerte que nos regresa a la vida, cualquier cosa que haya sido quebrado es arreglada en el evangelio de Jesucristo”.
La tierna promesa del élder Holland
Antes de concluir, el élder Holland declaró una hermosa promesa para todo aquel que confíe y actúe en aquel que fue quebrantado y salió victorioso:
“Así que, no se preocupen, no tengan temor, no entren en pánico cuando algo se quiebre en su vida. Recuerden que Él lo sabe todo en cuanto a sentirse roto y que Él terminó victorioso y Él hará que ustedes salgan victoriosos, todo aquello que hayan perdido se les será dado de regreso y aun más y más…
Ahora mismo, ustedes y yo no somos perfectos, nuestro futuro será mejor de lo que estamos viviendo pero solamente si permanecemos leales. Ofrezcan su sacrificio, pongan su corazón quebrantado en el altar y permanezcan fieles y vivan para ver la mano del Señor restaurando toda bendición en nuestra vida, sanando toda herida y arreglando toda cosa que se haya quebrado. Les prometo que lo hará.”