Aunque la palabras “mormón” o “mormones” son reconocidas mundialmente, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ahora prefieren ser llamados por su nombre real y completo.
Esta nueva formalidad responde a la invitación del Presidente Russell M. Nelson de la Iglesia, quien el 16 de agosto, a través de Newsroom, declaró: “El Señor ha grabado en mi mente la importancia del nombre que ha revelado para su Iglesia, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Tenemos trabajo delante de nosotros para ponernos en armonía con Su voluntad”.
Pero, ¿Por qué es que les dice mormones?
Cuando la Iglesia fue restaurada por Jose Smith quien también tradujo el Libro de Mormón, Otro Testamento de Jesucristo, lo cual explica que este libro testifica que Jesús es el Cristo pero lleva el nombre de Mormón, quien fue el profeta que recopiló los registros de los antiguos habitantes de las Américas, las personas empezaron a llamar a los miembros de la Iglesia de Jesucristo con el apodo “mormones”.
No es una ofensa, pero como lo dijo el Presidente Nelson en la reciente Conferencia General: “No somos discípulos de Mormón, somos discípulos de Jesucristo y ésta es Su Iglesia”.
El nombre correcto de la Iglesia
Entonces, para explicar mejor porque es que ahora ya no desean ser conocidos más como su apodo, citaremos la contundente invitación del Presidente Nelson, el pasado 07 de octubre en la Conferencia General:
“En gran parte del mundo, la Iglesia del Señor está actualmente disfrazada de ‘Iglesia Mormona’. Pero nosotros, como miembros de la Iglesia del Señor, sabemos quién está a la cabeza: Jesucristo mismo. Me doy cuenta con profundo pesar de que, sin saberlo, hemos aceptado que la Iglesia restaurada del Señor sea llamada por otros nombres, ¡cada uno de los cuales borra el nombre sagrado de Jesucristo!
Estos apodos incluyen ‘Iglesia SUD’, ‘Iglesia Mormona’ e ‘Iglesia de los Santos de los Últimos Días’. Con cada uno de estos nombres, la omisión más evidente es la ausencia del nombre del Salvador. Cuando descartamos el nombre del Salvador, estamos despreciando sutilmente todo lo que Jesucristo hizo por nosotros, incluso Su Expiación.
Si se tratara de una discusión acerca de calificar a una organización hecha por el hombre, esos argumentos podrían prevalecer, pero en este asunto crucial, miramos a Aquél cuya Iglesia es esto y reconocemos que los caminos del Señor no son, y nunca serán, los caminos del hombre”.
Tan pronto, al terminar de escuchar el mensaje del presidente Nelson, la mayoría de miembros de la Iglesia de Jesucristo se apresuraron a hacer los cambios respectivos como algún sitio web, páginas en redes sociales y presentarse ya no como mormones, sino como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Aunque el nombre es un poco largo y los cambios requieran muchos procesos, ellos confían en la promesa del Presidente Nelson:
“Si hacemos todo lo posible para restaurar el nombre correcto de la Iglesia del Señor, Él, cuya Iglesia es esta, derramará Su poder y bendiciones sobre las cabezas de los Santos de los Últimos Días, como nunca hemos visto”.