Esta mañana, el presidente Russell M. Nelson de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días compartió su significativo testimonio desde el Templo de Roma, Italia.
“Hace más de dos mil años, nuestro Salvador Jesucristo ministró al mundo, estableciendo Su Iglesia y Su evangelio. Llamó apóstoles y les dio el decreto: “… id y haced discípulos a todas las naciones”.
En nuestra época, se ha restaurado la Iglesia del Señor. El Salvador está a la cabeza de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Como apóstoles modernos de Jesucristo, el mensaje que compartimos hoy en día es el mismo que compartieron los apóstoles de antaño: que Dios vive y que Jesús es el Cristo.
Como uno de Sus testigos especiales, testifico que, puesto que el Salvador se ofreció a sí mismo como la infinita Expiación, ustedes y yo tenemos la oportunidad, el privilegio, de ser perdonados si nos arrepentimos.
También podemos acudir a Él para sanar nuestro corazón, para recibir fortaleza cuando estemos débiles y recibir ayuda para hacer las cosas que simplemente no podemos hacer por nosotros mismos. Él nos enseñó cómo amar, cómo orar y cómo perseverar. No hay ninguna tribulación que podamos padecer que Él no conozca. Él nos da esperanza a cada uno de nosotros.
Es un honor para mí estar entre los muchos que enseñan y testifican del Señor Jesucristo. Él es el Salvador del mundo y nos ha dado un ejemplo mediante el cual podemos vivir.
Gracias a Jesucristo podemos tener acceso a un poder suficiente para sobrellevar las cargas, los obstáculos y las tentaciones de nuestros días. Él nos libera de la muerte física y espiritual. Yo lo amo y testifico de Él”.