Este martes, el presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, compartió un discurso acerca del racismo en el campus de la Universidad Brigham Young en Provo. Expresó lo siguiente:
“La historia de la esclavitud negra en los Estados Unidos es vergonzosa y la idea de que las vidas negras importan es una verdad eterna que debe ser aceptada universalmente”.
“El amor es fundamental”, dijo el apóstol durante el primer devocional realizado en el campus con un número reducido de espectadores desde que se declaró la pandemia de COVID-19 en marzo.
Los boletos se distribuyeron aleatoriamente a 1,200 estudiantes, profesores y personal.
Todos usaron mascarillas y se ubicaron en asientos que respetaban las medidas de distanciamiento social en el Marriott Center, que cuenta con 19,000 asientos.
Al igual que en la Conferencia General a principios de este mes, el presidente Oaks expresó que el racismo es un problema continuo en los Estados Unidos.
“Las recientes protestas a nivel nacional fueron alimentadas por sentimientos poderosos de que este país sufre y debe abolir el racismo”.
“La impactante muerte de George Floyd causada por la policía en Minnesota en mayo de este año, sin duda fue el detonante de estas protestas a nivel nacional, que se llevaron a cabo bajo el mensaje de ‘Black Lives Matter’ (Las vidas negras importan)”.
“Por supuesto, ‘las vidas negras importan’. Esa es una verdad eterna que todas las personas sensatas deberían apoyar.
Desafortunadamente, en ocasiones, ese mensaje persuasivo se utilizó o se entendió para defender otras cosas que no cuentan con el apoyo universal.
Los ejemplos incluyen abolir la policía o reducir seriamente su efectividad o cambiar nuestro gobierno constitucional. Todos estos son temas apropiados para la defensa. Sin embargo, no se encuentran bajo lo que esperamos que sea el mensaje aceptado a nivel universal: ‘Las vidas negras importan’”, dijo el presidente Oaks.
Además, el presidente Oaks, dijo que estaba “emocionado” por escuchar el discurso del presidente Nelson sobre el racismo en la Conferencia General.
El profeta dijo que se sentía “afligido porque nuestros hermanos y hermanas negros de todo el mundo están soportando los dolores del racismo y los prejuicios”.
El presidente Nelson nuevamente condenó el racismo y exhortó a los Santos de los Últimos Días a “liderar en el abandono de actitudes y acciones de prejuicio hacia cualquier grupo de hijos de Dios”.
“Ahora, con una aclaración profética, todos escuchemos el llamado de nuestro profeta a arrepentirnos, cambiar y mejorar.
Solo el Evangelio de Jesucristo puede unir y traer paz a las personas de todas las razas y nacionalidades.
Los que creemos en ese evangelio, independientemente de nuestros orígenes, debemos unirnos en el amor mutuo y el amor de nuestro Salvador Jesucristo”, dijo el presidente Oaks.
El presidente Oaks también habló sobre la historia estadounidense y el movimiento que algunos están impulsando para derribar estatuas o eliminar nombres de instituciones y edificios.
“…Debemos tener un pensamiento claro acerca de cómo se deben analizar los eventos actuales y actuar en vista de la vergonzosa historia de esclavitud negra de esta nación [EE.UU.].
Necesitamos entender cómo los fundadores pospusieron resolver ese tema moral para obtener la ratificación de la Constitución para la creación de esta nación”.
El élder Oaks observó que algunos estudiantes de BYU y otras personas, pidieron que se cambie el nombre de la universidad y algunos de sus edificios.
“Por razones que todo estudiante dedicado a la historia estadounidense comprende, incluso la Constitución de los Estados Unidos está manchada con concesiones hacia la esclavitud que se realizaron a fin de que todo el documento fuera ratificado.
Esas manchas textuales fueron, por supuesto, eliminadas por las enmiendas que siguieron a la Guerra Civil, que costaron la vida de cientos de miles en todo el Norte y el Sur [del país].
No puedo condonar que ahora borremos toda mención y honor a líderes prominentes como George Washington, quien estableció nuestra nación y nos dio nuestra Constitución debido a que ellos vivieron en una época con aprobaciones legales y tradiciones que consentían la esclavitud”.
Él compartió el ejemplo de Winston Churchill, quien llegó al poder en Gran Bretaña después del apaciguamiento de la Alemania de Hitler por parte del gobierno británico anterior.
Algunos buscaron castigar a quienes habían participado del apaciguamiento de los nazis, pero Churchill se negó, diciendo: “Si comenzamos una disputa entre el pasado y el presente, descubriremos que habremos perdido el futuro”.
El presidente Oaks dijo:
“Esta es nuestra realidad actual. Compartimos nuestra historia y disfrutamos de las ventajas de nuestro gobierno constitucional y la prosperidad de esta nación. Los predecesores de muchos estadounidenses de diferentes orígenes hicieron grandes sacrificios para establecer esta nación.
Cualesquiera que sean esos sacrificios, de libertad, de pertenencias o incluso de vida, honremos ahora lo que ellos han hecho por nosotros y dejemos de pelear por el pasado. Nuestro deber es unirnos y mejorar el futuro que compartiremos”.
El presidente Oaks habló sobre otros ejemplos recientes de racismo en los Estados Unidos.
“Los ejemplos más conocidos por los medios de comunicación de hoy son los que victimizan a los afroamericanos. Estos incluyen la brutalidad policial y otras discriminaciones sistémicas en el empleo y la vivienda, difundidas recientemente. El racismo todavía se puede reconocer en el trato oficial y personal hacia los latinos y los nativos americanos”.
El presidente Oaks reconoció que los estudiantes se han enfrentado a interrupciones en sus estudios, actividades de la Iglesia y oportunidades laborales. Asimismo, les aconsejó que sumen sus esfuerzos a la mitigación de la pandemia.
“Recuerden que algunas de las restricciones un tanto tediosas, incluso el uso de mascarillas, no son solo para su protección inmediata sino también para el bienestar de quienes los rodean”, dijo.
El presidente Oaks también habló de la ansiedad, un tema que abordó extensamente durante un devocional de BYU-Hawaii el año pasado.
Él describió a un estudiante que utilizó “una combinación de trabajo arduo, asesoramiento, ayuda médica profesional, oración y apoyo continuo de su familia y líderes de la Iglesia”.
“Cualesquiera que sean las causas de los grandes aumentos en la ansiedad y los diagnósticos de salud mental asociados, nuestra primera línea de defensa es siempre nuestra fe en el Señor Jesucristo. Confiamos en Sus promesas de paz y en la purificación que Su expiación hace posible. En lugar de dejarse llevar por la ansiedad y el miedo característicos de su generación, confíen en las promesas del amoroso Padre Celestial”.
Fuente: Deseret News