Danny Ashworth apenas pudo dormir la noche antes de que sus hijos trillizos regresaran a casa de sus misiones al mismo tiempo. Con mucha alegría expresó:
“Se sintió como tres Nochebuenas envueltas en una sola”.
La familia Ashworth tuvo una feliz y anhelada reunión el 1 de agosto de 2023 en el aeropuerto de Salt Lake City. Ellos dieron la bienvenida a casa no solo a uno, sino a tres misioneros. Los élderes Tanner, Brandon y Cole Ashworth aterrizaron con veinte minutos de diferencia.
Tanner venía de la Misión Arizona Tucson, Brandon de la Misión Michigan Detroit y Cole de la Misión Oregón Portland. Denise Ashworth, la madre de los trillizos, dijo:
“Yo le digo a las personas de que el hecho de que los vuelos estuvieran tan cerca uno del otro solo puede significar de que ‘Dios está en los [pequeños] detalles’”.
Cuando aterrizaron, los trillizos se encontraron saliendo de los aviones en los que venían antes de salir por completo para saludar a su familia.
Al salir de las compuertas, los tres jóvenes abrazaron a sus padres al mismo tiempo. Tanner expresó que aquel hermoso momento fue “una muestra de cómo será el cielo”.
Más temprano, en ese mismo día, de camino al aeropuerto de Salt Lake, Denise se sintió envuelta por la emoción al pensar en otro viaje que ella y su esposo habían hecho 20 años atrás a Salt Lake.
El viaje que había realizado hace tantos años había sido hacia el LDS Hospital, donde nacieron sus tres hijos. La madre de estos tres jóvenes misioneros compartió:
“Nos preguntamos cómo sería tener trillizos, agregar tres nuevos niños a nuestra familia. Estaba experimentando emociones similares mientras conducíamos hacia el aeropuerto esperando sus llegadas, excepto que esta vez sabía lo maravilloso que era tener trillizos en nuestra familia.
No estaba preocupada por sus llegadas, estaba emocionada y no podía esperar para abrazarlos de nuevo. Fue simplemente maravilloso”.
Mientras los trillizos servían en sus respectivas misiones, a los Ashworth les faltó casi la mitad de su familia, pues tres de sus cinco hijos estaban fuera de casa.
Si bien fue un desafío para la familia tener a los tres hijos sirviendo una misión al mismo tiempo, para los tres misioneros fue una gran bendición el poder crecer tanto espiritual y emocionalmente.
Brandon, uno de los tres hermanos, compartió:
“Poder servir al Señor y experimentar esos milagros y esas dificultades juntos nos unificó aún más porque entendíamos por lo que estábamos pasando. Más importante aún, entendimos mejor lo que nuestro Salvador Jesucristo pasó por nosotros. Así que fue increíble cada semana poder hablar entre nosotros y compartir esos milagros y experiencias. Esto nos ayudó a fortalecer nuestra fe y testimonio de Jesucristo”.
En una publicación privada de Instagram poco después de volver a casa, Brandon compartió el versículo de Alma 17:2, identificándose a él mismo y sus hermanos:
“Por tanto, Alma se alegró muchísimo de ver a sus hermanos; y lo que aumentó más su gozo fue que aún eran sus hermanos en el Señor; sí, y se habían fortalecido en el conocimiento de la verdad; porque eran hombres de sano entendimiento, y habían escudriñado diligentemente las Escrituras para conocer la palabra de Dios”.
Durante los últimos días, la familia apreció profundamente estar juntos, quedarse despierto hasta tarde para seguir hablando y escuchando acerca de las experiencias misionales de los trillizos. Cole, uno de los tres hermanos, dijo:
“Llegamos a saber en nuestras misiones que el Evangelio es verdadero, que el Salvador vive y, debido a que Él vive, podemos servirle [a través de] la obra misional… Dios ama a Sus hijos y quiere que regresen a casa”.
Actualmente, los tres hermanos comenzarán la universidad en Utah Valley University el 22 de agosto, donde han planeado tomar clases juntos. A medida que pasan a la siguiente etapa de sus vidas, no olvidarán pronto sus experiencias de edificación de testimonio.
Finalmente, luego de haber estado dos años lejos de la familia, Brandon terminó con unas conmovedoras palabras para todo aquel que tenga la oportunidad de servir una misión:
“Si hay alguien por ahí que está pensando en servir en una misión, [le diría] que aproveche absolutamente esa oportunidad. [Servir en una misión] es una oportunidad única para que demos todo de nosotros mismos y nos acerquemos a nuestro Salvador, Jesucristo. Nunca se arrepentirán; sus vidas serán bendecidas y bendecirán la vida de los demás y la de sus futuras familias”.
*Imagen de portada por Candace Simpson, Elegant Images
Fuente: LDS Living