¿Qué debo de estudiar? ¿A dónde voy a vivir? El tiempo después del servicio misional requiere mucha atención del ex misionero. A pesar de la confusión, la mayoría de éstos jóvenes saben que los próximos pasos aunque sean intimidantes, son las citas y el casamiento.
¿Con quién te casarás?
Durante la búsqueda de un compañero o compañera eterna, tendrán muchas experiencias incómodas. Habrá citas que no llegan a nada, citas que no se deberían repetir, o tal vez, no habrá citas. El proceso es diferente para cada uno de nosotros, pero todos tenemos algo que debemos aprender. Con cada una de estas cosas en mente, los puntos a continuación me han ayudado y sé que les pueden ayudar a ustedes si los aplican.
1) Aunque el matrimonio es la meta final, el proceso toma tiempo.
Cuando me gradué de la escuela secundaria, muchos vecinos y miembros de la iglesia querían que me casara. Esta presión social afecto mis decisiones en cuanto a las citas, me hizo sentir horrible. Pensé que, al salir a menudo, tendría suerte y me casaría pronto. Mi meta matrimonial me distrajo de conocer a las personas con las que salía.
Como ex misioneros, tal vez han tenido experiencias similares. Las citas se pueden comparar con la obra misional. El invitar a una persona al bautismo sin tener caridad hacia ella no llevara a los resultados deseados. Al demostrar amor sincero y compasión podemos ser directos y no será impertinente. De la misma manera, no podemos casarnos sin conocer y amar. Si el hecho de estar casado es más importante que la persona con cual te estás casando, la relación no tendrá fundación. Todas las cosas que valen la pena toman tiempo.
2) El contacto físico debe tener propósito y ser usado con moderación.
El uso prematuro de un beso es un riesgo que puede resultar en confusión emocional, e indica que el enfoque no está dirigido a la otra persona, pero a ti mismo. Para todos aquellos que buscan el contacto físico como resultado de la abstinencia voluntaria durante los dos años de servicio al Señor, tomen en cuenta el consejo de alma a su hijo Coriantón:
Hijo mío, quisiera que te arrepintieses… y no te dejases llevar más por las concupiscencias de tus ojos, sino que te refrenaras de todas estas cosas”
3) Nunca dejes que tu inhabilidad para escoger se más importante que los sentimientos de otros.
Hay veces que nuestra necesidad por una relación segura engendra miedos y pensamientos indecisos. El miedo de no dejar “puerta abierta” para otras opciones nos puede llevar a ser deshonestos. Muchos jóvenes optan por salir con alguien “seriamente” y salir con otras personas al mismo tiempo. Ésta práctica es una falta de respeto para aquellos que ya se han comprometido y no ayuda en la preparación para el matrimonio.
Hagan lo que el Señor quiere que hagamos. Decidan con quien quieren salir y no se preocupen de las otras opciones. Con el tiempo, sean honestos con sus sentimientos. Si sienten que es necesario tener varias opciones, busquen antes de comprometerse a alguien.
4) La perfección no existe
Pongan sus listas de requisitos a un lado y háganse estas preguntas sobre la persona que tiene su interés. ¿Él/Ella ama el evangelio? ¿Él/Ella te hace sentir mejor? ¿Podrías amar a él/ella? Si puedes responder “si” entonces has encontrado a alguien bueno para ti. Como le dijo el padre de Gordon B. Hinckley “Tengo una sola sugerencia: Olvídate de ti mismo y ponte a trabajar” Todos somos imperfectos, aunque no lo aceptemos.
5) ¡Con valor marchemos!
Últimamente, hay muchos de ustedes que les es difícil buscar por citas o mantener una relación emocional. La vulnerabilidad, la presión del matrimonio, y el miedo del rechazo te intimidan. Estos miedos quitan tu deseo de buscar por alguien especial. ¡No tengan miedo! Las relaciones duelen pero nos enseñan muchas cosas sobre nosotros mismos. las citas fortalecen nuestra habilidad social, nos enseñan como perdonar, como ser humilde, y cómo progresar individualmente. No dejen que el rechazo les quite el ánimo. ¿Cómo sería la obra misional si los misioneros dejarán de enseñar por miedo al rechazo? ¿De qué serviría el encontrar una persona preparada si el misionero se daría por vencido?
Perseveren. Una cita no es un compromiso matrimonial. Al quitar la presión innecesaria de las citas, se divertirán mucho más.
Las citas como ex-misioneros no tienen que ser incómodas. Es la misma obra en una nueva área, y requiere otro tipo de compañero. Si lo permitimos, esta obra puede ser divertida, fructífera y llena de buenas experiencias.