Para sentir la obra misional en nuestras vidas, no se requiere de grandes obras. Más bien es por medio de diarias y pequeñas acciones, con las que podemos ser parte de la gran obra de nuestro Padre Celestial. “…Mas he aquí, te digo que por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas… Y el Señor Dios se vale de medios para realizar sus grandes y eternos designios…” (Alma 37:6-7).
Estas son algunas cosas pequeñas y sencillas que puedes hacer cada día para ser parte de la obra misional:
Prepárate de manera espiritual
El dedicar un tiempo específico de nuestro día a estudiar las escrituras y mensajes de profetas actuales, orar con una intención sincera y ayunar, estaremos preparados y atentos a los susurros del espíritu, para poder utilizar con prudencia y caridad nuestros conocimientos y compartir lo mejor de nosotros a quienes nos rodean.
Vive el evangelio para ser un buen ejemplo
Al prepararnos espiritualmente estaremos forjando hábitos eternos, que nos ayudarán a no solo conocer el Evangelio sino realmente vivirlo y al vivirlo florecerán en nosotros actitudes y comportamientos elevados ante nuestras dificultades y alegrías.
Encenderemos una luz en nosotros llegaremos a ser un buen ejemplo, que atraerá a las personas que quieren conocer la verdad, y disfrutar de las bendiciones que pueden ver en nosotros.
Sé una maestra visitante o un maestro orientador
Ambos programas son importantes para el progreso de la obra misional en cada barrio, son de gran ayuda para las organizaciones, también lo es para los misioneros de tiempo completo.
Podremos tener experiencias espirituales, ayudaremos a nuestros hermanos a fortalecer su fe y testimonio en Cristo, podremos motivarlos a cumplir metas temporales y espirituales. Podremos desarrollar más amor, talentos y virtudes. ¡Qué mayor satisfacción, que ayudar a nuestro prójimo a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que sea!
Si aún no tienes edad para participar en alguno de los programas, o quieres simplemente poner un granito más, prepárate para lo siguiente…
Acompaña a los misioneros de tiempo completo en tus tiempos libres
Un servicio del que ellos estarán muy agradecidos, ya que estamos mostrando amor e interés (hermanando) a quienes enseñan y claro no olvidemos lo que dijo el Rey Benjamín: “Cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).
Tendremos la oportunidad de compartir nuestro testimonio, hasta incluso ayudarlos a cumplir una meta. Al igual que en el programa de maestras visitantes y maestros orientadores estaremos ministrando a los hermanos que visitamos.
Conviértete en un verdadero amigo
Todos en algún momento necesitamos las palabras de aliento o impulso de un amigo, debemos ser sensibles a las necesidades espirituales y temporales de nuestros seres queridos y aquellos a quienes estamos conociendo.
Él élder Robert D. Hales enseño: “Los amigos son personas que hacen que sea más fácil vivir el evangelio de Jesucristo”. Apoyar a nuestros seres queridos en los tiempos difíciles y dar amor, es un nutriente que florece y se multiplica.
Magnifica tu llamamiento
“Porque he aquí, no conviene que yo mande en todas las cosas; porque el que es compelido en todo es un siervo perezoso y no sabio; por tanto, no recibe galardón alguno. De cierto digo que los hombres deben estar anhelosamente consagrados a una causa buena, y hacer muchas cosas de su propia voluntad y efectuar mucha justicia; porque el poder está en ellos, y en esto vienen a ser sus propios agentes. Y en tanto que los hombres hagan lo bueno, de ninguna manera perderán su recompensa” (Doctrina y Convenios 58:26-28).
Sirve una misión de tiempo completo
Servir una misión, es una experiencia que te ayudará personalmente para continuar trabajando en la obra misional durante toda tu vida.
“Quizá sea un instrumento en las manos de Dios para conducir a algún alma al arrepentimiento; y este es mi gozo.” (Alma 29: 9).
Realiza la obra en el templo
Es una oportunidad para trabajar en la obra misional. Requiere de paciencia, habilidades y por supuesto la guía del espíritu santo. Es tan satisfactorio encontrar nombres de nuestros antepasados, y también lo es cuando ayudamos a alguien más a hacerlo.
“… esta obra no se limita a proclamar el Evangelio a [las personas]… que actualmente se encuentren viviendo sobre la tierra; la obra misional también continua más allá del velo entre [aquellos] que han muerto, ya sea sin haber escuchado el Evangelio, y sin haberlo aceptado mientras moraron en la tierra. Nuestra participación importante… es efectuar en esta tierra las ordenanzas requeridas para aquellos que acepten el Evangelio en el otro lado… ¡Anhelo ver el día en que disolvamos la imaginaria línea divisoria que… existe entre la obra misional y la obra genealógica del templo porque es toda la misma gran obra redentora!” (Presidente Spencer W. Kimball, “Y por qué peligramos?”, Liahona, julio de 1977, pág. 2.)
Utiliza las redes sociales
Compartir contenido digital inspirador (imágenes, videos y citas), en nuestras redes sociales es algo que podemos hacer en segundos, pero que tiene un impacto valioso en algunas personas.
No tardaras más de dos horas o dos años, en hacer alguno de estos servicios, y si tardas más ¡gracias por poner granitos extras a la obra misional!, siempre habrá una oportunidad dentro de tus circunstancias para tener una experiencia misional, estemos listos y atentos a los susurros del espíritu.
…“PRESTOS, todos prestos, cantaremos en unión. LISTOS, siempre listos, entonemos la canción. TODOS cantaremos nuestro alegre son triunfal. DIOS NOS DA PODER; LUCHEMOS en la CAUSA CELESTIAL”.
Este artículo fue escrito por Grisel Cerda de México para mormonsud.org