La obra misional es un acto de amor. Amor por el Salvador, por el Evangelio, por las personas a quienes enseñamos y por nuestros compañeros de servicio.
Los misioneros del lenguaje de señas americano cantan un himno en un devocional. Créditos: Brian Nicholson, Deseret News
En un devocional en el Centro de Capacitación Misional (CCM), el élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó sobre «los cuatro amores de la obra misional» que pueden fortalecer y guiar a los misioneros en su servicio.
Élder Quentin L. Cook. Créditos: Brian Nicholson, Deseret News
1. Amor por el Salvador
El fundamento de todo esfuerzo misional es Jesucristo. El élder Cook testificó que «los misioneros exitosos aman al Salvador y desean compartir su amor con los demás». En el Libro de Mormón, Alma 26:16 expresa un sentimiento similar: «nos regocijaremos; porque nuestro gozo es completo; sí, alabaremos a nuestro Dios para siempre».

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Cuando los misioneros desarrollan un amor profundo por Cristo, su enseñanza se llena de autenticidad y poder espiritual. No se trata solo de compartir doctrinas, sino de llevar almas a su Salvador.
2. Amor por la gente
El amor genuino por las personas transforma la obra misional. El élder Cook enseñó que «cuando aman a las personas a las que sirven, su mensaje se vuelve más poderoso». Pablo lo expresó con claridad en 1 Tesalonicenses 2:8: «así, teniendo un tierno cariño por vosotros, nos hemos complacido en compartir con vosotros no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas».

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Los misioneros que aman a las personas con las que trabajan se esfuerzan por comprenderlas, atender sus necesidades y verlas como hijos de Dios con un destino divino.
3. Amor por el Evangelio
El Evangelio de Jesucristo es una fuente de gozo y esperanza. El élder Cook alentó a los misioneros a fortalecer su testimonio personal y «apreciar la belleza del plan de Dios». En Doctrina y Convenios 18:15 leemos: «si trabajáis todos vuestros días proclamando el arrepentimiento… ¡cuán grande será vuestro gozo con él en el reino de mi Padre!».

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Los misioneros que aman el Evangelio lo viven con entusiasmo y lo enseñan con pasión, ayudando a otros a descubrir la paz y felicidad que trae consigo.
4. Amor por los compañeros de misión
El éder Cook recordó a los misioneros que sus compañeros son un regalo y que deben aprender a trabajar juntos en armonía. «Al servir con amor y respeto mutuo, aprenden lecciones que les ayudarán toda la vida», dijo.

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En Juan 13:35, Cristo declaró: «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros». Los misioneros que desarrollan una relación positiva con sus compañeros fortalecen su capacidad de enseñar con el Espíritu y representan mejor a Cristo.
El impacto de estos cuatro amores
El élder Cook concluyó su mensaje recordando a los misioneros que estos cuatro amores son clave para su felicidad y efectividad en el servicio misional.
«Si aman al Salvador, aman el Evangelio, aman a las personas y aman a su compañero, tendrán éxito».
Estos principios no solo se aplican a los misioneros, sino a todos los Santos de los Últimos Días que buscan compartir el Evangelio con amor y autenticidad. Al desarrollar estos cuatro amores en nuestra vida, podemos ser instrumentos en las manos del Señor para bendecir a los demás y acercarnos más a Él.
Fuente: Church News