Nota del editor: Este artículo responde a un video difundido por el medio hondureño Once Noticias, en el que se muestra a varios menores lanzando agua a misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mientras se ríen y graban la escena desde un edificio.

Un reciente video difundido por el medio Once Noticias en Honduras ha generado indignación en redes sociales. En él, se observa a un grupo de menores de edad lanzando agua desde un edificio a dos misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que caminaban tranquilamente por la calle.

Mientras los jóvenes se reían y grababan la escena, los misioneros —visiblemente sorprendidos— intentaban continuar su camino sin reaccionar agresivamente. Su ejemplo de calma y respeto contrasta con la burla que recibieron por parte de quienes, desde la comodidad de una ventana, decidieron humillarlos.

¿Qué nos dice este video como sociedad?

No se trata solo de una broma de mal gusto. Este video refleja una preocupante falta de respeto hacia quienes entregan voluntariamente uno o dos años de su vida para servir, ayudar y predicar paz en comunidades que, muchas veces, no son las suyas.
Los misioneros no son políticos, no son celebridades, no representan ningún poder económico. Son jóvenes de fe que caminan las calles con un mensaje de esperanza y amor por Jesucristo.

Atacar a un misionero —ya sea con burlas, agua o desprecio— no solo es inaceptable, sino profundamente injusto. Es reírse de la bondad, de la entrega y del deseo sincero de hacer el bien.

No podemos normalizar la burla a la fe

Independientemente de nuestras creencias, ninguna persona que actúe con respeto y buena intención merece ser agredida o ridiculizada. Y cuando la burla se dirige a personas por su religión, debemos ser todavía más firmes en condenarla.

El respeto por la libertad religiosa no es solo un derecho constitucional en muchos países, también es un principio básico de convivencia. La fe no debería ser motivo de burla, sino una oportunidad de tender puentes y comprender mejor al otro.

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Como enseñó el Salvador:

“Bienaventurados seréis cuando por mi causa os vituperen y os persigan… Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos”
(Mateo 5:11–12)

Admiración por quienes siguen adelante

Aunque lamentamos profundamente este hecho, también expresamos nuestra admiración por estos dos misioneros que —como tantos otros en el mundo— continúan su labor con serenidad, fe y perdón.

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Hoy más que nunca, necesitamos más jóvenes como ellos: que caminen por la vida sin miedo, con la frente en alto, y con el deseo sincero de compartir luz en medio de la oscuridad.

No pierdas la oportunidad de recibir a los misioneros

Ellos llevan el mensaje que el mundo necesita escuchar: que Jesucristo vive, y que en Él se encuentra paz, propósito y esperanza duradera.

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