Volver a casa después de servir una misión puede ser un desafío. Los días que antes estaban llenos de metas espirituales, enseñanzas y un propósito claro, ahora pueden sentirse vacíos o confusos.
Mantener esa cercanía con Jesucristo es importante en esta etapa de transición, y una de las mejores decisiones que puedes tomar desde el primer domingo de regreso es ofrecerte como obrero del templo.
Una decisión que fortalece tu fe
Templo de Cobán, Guatemala. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Al regresar, tu vida estará llena de decisiones. Estudiar, trabajar, pasar tiempo con tu familia y amigos, entre otros compromisos que ocupen tu atención. Sin embargo, si decides servir como obrero en el templo, estarás eligiendo algo que te ayudará a mantenerte espiritualmente enfocado.
El templo no solo es una oportunidad para servir, sino también para recordar diariamente las enseñanzas y los convenios que fortalecieron tu misión. Te permite conservar ese espíritu que experimentaste como representante de Jesucristo y seguir siendo una influencia positiva en tu entorno.
Un compromiso que te mantiene en el camino
Templo de Guayaquil, Ecuador. Créditos: Glober G. López, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Uno de los grandes beneficios de servir como obrero es que te ayuda a mantener un enfoque espiritual constante durante la semana. Saber que cualquier día de la semana tienes el privilegio de asistir al templo para ayudar a otros a tener experiencias espirituales, te motiva a vivir en armonía con los principios del evangelio.
Ese compromiso semanal no es solo una responsabilidad; es un recordatorio constante de la importancia de tu propio convenio con Dios. Además, servir en el templo te permite aprender más sobre las ordenanzas sagradas, profundizando en tu comprensión y amor por el plan de salvación.
Templo de Santiago, Chile. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Como misionero, fuiste un instrumento en las manos del Señor para enseñar el evangelio y traer almas a Cristo. Ahora, como obrero, puedes continuar en ese rol sagrado. Cada vez que ayudas a un miembro o visitante a participar en una ordenanza, estás facilitando su conexión con el Salvador.
Los templos son lugares de paz y revelación, y tu servicio contribuye directamente a crear un ambiente donde las personas pueden sentir el Espíritu. Es un recordatorio poderoso de que, aunque tu placa de misionero ya no esté sobre tu pecho, aún puedes ser una herramienta en la obra del Señor.
Cómo empezar
Templo de Buenos Aires, Argentina Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La decisión de servir en el templo no requiere de pasos complicados. Desde tu primer domingo de regreso, habla con tu obispo y exprésale tu deseo de ser obrero en el templo. La mayoría de los templos necesitan voluntarios, y tú disposición será bien recibida.
Recuerda que este servicio no es solo para recién retornados. Es una oportunidad abierta a todos los que deseen consagrar parte de su tiempo al Señor. Sin embargo, para los que acaban de regresar, es una manera ideal de mantener viva esa llama espiritual.
Fuente:Facebook
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