Aunque solemos imaginar a los misioneros enseñando el evangelio de puerta en puerta, su servicio va mucho más allá. Con más de 80,000 misioneros en 450 misiones alrededor del mundo, la Iglesia de Jesucristo está dejando huella también a través de proyectos humanitarios, ayuda comunitaria y limpieza tras desastres naturales.

Estos misioneros (jóvenes, adultos mayores, de servicio y proselitismo) están poniendo manos a la obra donde más se necesita.

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Cuando hay desastres, ellos están allí

En Estados Unidos, tras los incendios forestales en el sur de California, la Iglesia se unió a otras organizaciones para realizar un evento de seis días que ofreció apoyo a más de 2,500 familias. ¿Quiénes estuvieron presentes ayudando en todo momento? Sí, los misioneros.

Kevin Cox, director de una de las redes de ayuda presentes, comentó algo interesante: 

“Nunca he escuchado a un misionero decir ‘no’. Siempre están buscando cómo ayudar”.

También, después de los huracanes Helene y Milton en 2024, cientos de misioneros se unieron a voluntarios para ayudar en zonas afectadas del sureste de Estados Unidos, como Florida, Georgia, Tennessee y las Carolinas. Además de donar alimentos y suministros, lo más valioso fue el tiempo que consagraron para bendecir a sus vecinos.

Proyectos locales con gran impacto

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En otros lugares del mundo, los misioneros también marcan la diferencia:

  • En San Francisco, colaboraron con voluntarios en una granja comunitaria para mejorar el acceso a alimentos frescos en una zona vulnerable.
  • En Filipinas, apoyaron una jornada médica ofreciendo servicios de salud gratuitos.
  • En Costa Rica, ayudaron a limpiar un parque infantil y una parroquia católica.
  • En Papúa Nueva Guinea, caminaron junto a los pobladores a través de charcos y barro para entregar ayuda a familias afectadas por inundaciones.
  • En Suiza, se unieron a la limpieza tras fuertes tormentas. Uno de los misioneros comentó: “Fue emocionante ver cómo nuestro esfuerzo mejoró la vida de las personas.”
  • En Roma, Italia, cada semana cocinan y sirven comidas calientes a personas en situación de calle.
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

¿Por qué lo hacen?

Todo este servicio tiene una motivación sencilla pero poderosa: el amor al prójimo. Como enseñó el élder Dieter F. Uchtdorf:

“El Salvador ama a todos los hijos de Dios independientemente de sus circunstancias socioeconómicas, raza, religión, idioma, orientación política o nacionalidad, o cualquier otro grupo.” – Élder Dieter F. Uchtdorf

Por eso, quienes le siguen también buscan amar y servir sin esperar nada a cambio. Los misioneros no solo llevan un mensaje espiritual, también llevan esperanza, alivio y ayuda concreta. A veces es con una pala, otras con una sonrisa o una bolsa de arroz. Pero siempre lo hacen con el deseo de seguir a Jesucristo.

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Un ejemplo que inspira

Sirviendo de manera silenciosa, sin cámaras ni reconocimiento, estos misioneros están sembrando lo que el mundo necesita más: compasión, unión y servicio real.

¿Y tú? ¿Qué podrías hacer esta semana para bendecir a alguien más?

Fuente: Church News 

Video relacionado