En medio de una celebración, jóvenes misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se hicieron notar de una manera inesperada y, para muchos, muy simpática. Acompañando un colorido pasacalle, caminaron al ritmo de la música levantando un cartel improvisado que decía:
“JESÚS TE AMA. Si quieres saber más, contáctanos. Clases de inglés GRATIS”.
La escena, que fue captada en video y rápidamente se hizo viral en redes sociales, muestra a estos jóvenes misioneros participando con entusiasmo en el desfile, incluso bailando mientras sostenían el cartel con una sonrisa en el rostro.
Frente a ellos, una banda de músicos marchaba al ritmo de los trombones y tambores, animando al público. La gente alrededor grababa con sus celulares, se reía, saludaba e incluso algunos aplaudían la creatividad del mensaje. En las imágenes, también se ve a transeúntes tomando fotos y reaccionando con curiosidad ante el inesperado cruce entre religión y fiesta popular.
¿Qué buscaban?
El objetivo era claro: encontrar nuevas formas de conectar con las personas. Los misioneros de la Iglesia suelen salir a diario a compartir mensajes de esperanza, hablar de Jesucristo. En este caso, aprovecharon un evento público para acercarse con respeto, creatividad y un toque de simpatía.
Este tipo de acciones no es nueva para quienes han servido como misioneros. En muchas partes del mundo, especialmente en América Latina, los misioneros han aprendido a adaptar sus métodos de contacto a la cultura local. A veces, eso significa tocar puertas; otras veces, ayudar en actividades de servicio o, como en este caso, sumarse al ambiente festivo con un cartel y una sonrisa.

Los misioneros están más cerca de ti de lo que imaginas. Ya sea en las plazas, mercados, unidades de transporte público o ahora en los pasacalles, su presencia se ha vuelto parte del paisaje urbano y social.
Pero más allá de la constancia, lo que sorprende es la actitud. Lejos de interrumpir o imponer, estos jóvenes buscaron integrarse al ambiente, respetando el espacio festivo pero sin perder la oportunidad de compartir su mensaje.
En tiempos donde muchos buscan formas auténticas de conectar con otros, lo que hicieron estos misioneros es un recordatorio de que el mensaje de fe también puede compartirse con alegría, creatividad y espontaneidad. Tal vez no todos los que vieron el cartel los contacten, pero sin duda dejaron una impresión positiva en quienes presenciaron la escena.
A fin de cuentas, a veces, todo lo que se necesita para sembrar una semilla es una sonrisa, un cartel y un paso de baile entre la multitud.