Después de perder a sus dos padres en menos de dos años, cualquier joven podría haberse rendido. Pero no el élder Daniel Miller.
Este joven misionero de Huddersfield, Inglaterra, eligió algo diferente: servir a Dios, bendecir a Sus creaciones y dejar que la luz de Cristo lo guiara fuera de la oscuridad.
“Incluso si para algunas personas solo estoy ayudando en pequeñas áreas de donde estoy ahora, siento que las cosas pequeñas son las que más importan”, dice el Élder Miller.
Cuando la vida se detuvo
En septiembre de 2021, los Miller acababan de mudarse. Cinco hermanos, incluyendo a Daniel, se preparaban para un nuevo comienzo… hasta que su padre sufrió un infarto fulminante. El dolor fue profundo y devastador.
Dieciocho meses después, su madre fue diagnosticada con cáncer avanzado. También falleció.
Daniel quedó sin sus padres, atrapado en un dolor silencioso. Describe ese tiempo como un momento muy oscuro: “Me sentía estancado, infeliz, simplemente flotando”.

Una impresión que cambió todo
En junio de 2024, mientras oraba en busca de dirección, sintió una impresión: debía servir como misionero de servicio. Lo que no sabía era que su obispo, Jake Cook, había sentido la misma impresión al mismo tiempo.
Ese fue el inicio de algo sagrado.
En enero de 2025, Daniel fue apartado como misionero. Desde entonces, lleva con orgullo su placa:
“Cada vez que la uso, me siento un poco más ligero”.
Para él, no es solo una etiqueta: es una manifestación de su propósito de servir como lo haría Jesucristo.

Una misión para bendecir a todos los hijos de Dios
A diferencia de las misiones proselitistas tradicionales, las misiones de servicio se ajustan a cada misionero, y las asignaciones del Élder Miller reflejan su amor por toda la creación de Dios.
- Toma fotos de lápidas para el proyecto BillionGraves, ayudando a conectar generaciones.
- Cuida plantas en “Growing Works”, un huerto comunitario que alimenta a familias necesitadas.
- Sirve en un santuario de animales para caballos y burros rescatados.
- Asiste al templo semanalmente, donde siente la cercanía de sus padres.
“Él siente que sus padres están orgullosos de él, que lo ven sirviendo en el templo y como misionero”, dijo la hermana Burdon, su líder de misión.
Además, participa en lecciones con los misioneros de enseñanza y en consejos misionales semanales.

“Las cosas pequeñas importan”
Aunque sus actos parecen simples, el Élder Miller ha descubierto una verdad eterna:
“He conocido personas increíbles dentro y fuera de mi fe. Y siento que nunca hubiera vivido todas estas experiencias si no hubiera seguido esa impresión”.

El presidente de estaca, Sam Bridgstock, lo resumió con poderosas palabras:
“Este fiel joven tiene el deseo de servir a Dios. Sabemos que sus padres terrenales y celestiales están muy orgullosos de su decisión”.
La historia del Élder Miller nos recuerda que aún en medio de la pérdida, Dios puede guiarnos a servir, sanar y amar.Que cada pequeño acto tiene valor eterno.

Y que, como enseñó el presidente Nelson:
“Tu decisión de servir una misión —ya sea proselitista o de servicio— te bendecirá a ti y a muchos más”.
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Fuente: Church News



