Nota del editor: El siguiente artículo recoge la experiencia de Kelsey Dallas, reportera en Deseret News.
La semana pasada, mi editor se puso en contacto conmigo con una idea para un artículo. Una ex concursante de “American Idol” había anunciado planes de servir una misión para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y tanto a él como a mí nos pareció una excelente oportunidad para revisar nuestra cobertura de su tiempo en el programa.
Cuando acepté escribir la historia, mi editor me recordó ser cuidadoso en cómo describía su anuncio. Él dijo que no estaría haciendo un viaje misional. Ella estaría sirviendo una misión.
Después de haber estado en Deseret News durante 10 años, no me sorprendió el recordatorio. Pero a lo largo de los años, a veces me ha sorprendido la frustración que pueden sentir mis colegas Santos de los Últimos Días cuando la gente no sigue ese consejo.
Dado que crecí y todavía me identifico con el mundo del cristianismo protestante, estoy muy acostumbrado a la frase “viaje misional”. Realicé viajes misionales anuales cuando era adolescente. Trabajé para una empresa de viajes misionales en la universidad. Apoyo las recaudaciones de fondos de amigos para los viajes misionales de sus hijos.
Por estas razones y otras más, siempre he simpatizado con los reporteros que describen una misión de Santos de los Últimos Días como un viaje misional. No están tratando de causar confusión, les decía a mis compañeros. Simplemente están acostumbrados a la frase.
Después de escribir la historia de “American Idol” —siendo cuidadosa de usar la frase “servir una misión” en todo momento— volví a hablar con mi editor y algunos otros para discutir por qué “viaje misionero” les parece incorrecto.
Ellos explicaron que, en su opinión, “viaje misional” no captura la importancia del trabajo que asumen los misioneros Santos de los Últimos Días. Estos misioneros no sirven por una semana o un verano, sino por 18 meses a dos años. Se integran en una nueva comunidad y, en muchos casos, en una cultura completamente nueva.
Sus comentarios me recordaron que los misioneros a largo plazo de grupos protestantes suelen ser llamados simplemente así —misioneros, en lugar de personas en un largo viaje misional. Comencé a entender mejor por qué podría ser frustrante para un Santo de los Últimos Días ver “viaje misionero” en un titular.
Todo el episodio me recordó lo complicado que puede ser ser reportero, especialmente un reportero de religión. Tienes que equilibrar tu interés en usar términos y frases comunes con la necesidad de respetar y comprender a las personas sobre las que escribes.
Fuente: Deseret News