Empezamos la semana y continuamos con las actividades de Ilumina el Mundo que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha propuesto para que todas las personas en el mundo puedan realizar y de esa manera tener una Navidad más significativa y especial.
Ilumina el mundo sanando a los enfermos
Entre las acciones más destacadas que realizó Jesús cuando estuvo entre los hombres fue sanar a los enfermos y esto sucedió porque tales enfermos tenían fe en el Salvador. Nosotros podemos seguir su ejemplo y ayudar en la mejoría de las personas enfermas. A continuación, tres formas para sanar a los enfermos:
Trabaja como voluntario en un hospital
Ya sea que hayamos asistido a un hospital para ser atendidos y para visitar a un ser querido, hemos percibido que en los hospitales o Centros de Salud necesitan siempre ayuda y para esto no necesitamos tener conocimientos profundo de medicina o enfermería, como voluntarios podemos alimentar a los pacientes, vigilar los horarios para sus medicinas, acompañarlos a dar pequeñas caminatas, trasladarlos en sus sillas de ruedas o simplemente conversar con ellos.
Si realizamos estos actos de servicio se cumplirá lo que dijo el presidente Spencer W. Kimball: “Cuanto más comprendamos lo que realmente sucedió a Jesús de Nazaret en Getsemaní y en el Calvario, tanto mejor entenderemos la importancia del sacrificio y de la abnegación en nuestra propia vida”.
Dona sangre
La acción de donar nuestra propia sangre es uno de los actos más sencillos, anónimos, humildes y altruistas que podamos realizar por otras personas que ni siquiera conozcamos.
Según lo revela la Organización Mundial de Salud (OMS) la donación de sangre puede salvar vidas y mejorar la salud. Por cada donación de sangre que efectuamos se pueden salvar hasta tres vidas, puesto que la sangre se separa por componentes: glóbulos rojos, plaquetas y plasma y estos pueden ser utilizados individualmente para pacientes con enfermedades específicas.
Dedica oraciones especiales por los enfermos
Podemos organizarnos para hacer de nuestra rutina una oración específica por las personas que están enfermas. Podemos elaborar una lista con nombres específicos de familiares, amigos y conocidos. Cuando efectuamos oraciones justas, serán contestadas.
No se cansen de orar ni de servir a los enfermos, comparto la invitación del presidente Benson: “Lo más maravilloso del servicio es que no tiene fin. Sirvámonos, pues, los unos a los otros con amor fraternal, sin fatigarnos por ello, siendo pacientes, perseverantes y generosos”.