En medio de los paisajes montañosos de la provincia Tierras Altas Orientales, en Papúa Nueva Guinea, el valle del río Koningi ha sido durante generaciones el hogar de familias agricultoras que dependen del agua para cultivar, cocinar y vivir. Sin embargo, esa misma fuente de vida también era causa de enfermedades por el consumo directo del río.

Hoy, esa realidad ha cambiado gracias a un proyecto de agua potable impulsado por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que ha instalado una red de 26 grifos comunitarios a lo largo del valle.

El río Koningi fluye durante veinte kilómetros valle abajo por el valle de Koningi en la provincia de las Tierras Altas Orientales de Papúa Nueva Guinea. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El sistema utiliza un manantial natural ubicado en lo alto de la montaña, cuya pureza permite que cientos de personas accedan ahora a agua segura para el consumo diario.

Al aprovechar esta fuente y no el cauce del río, los especialistas estiman que los casos de enfermedades transmitidas por el agua disminuirán en un 70 %.

El diseño incluyó más de tres kilómetros de tuberías subterráneas, cuidadosamente instaladas para no alterar los cultivos ni la vida de las comunidades que viven cerca del río.

Un residente luce su sombrero diseñado con la bandera nacional de Papúa Nueva Guinea mientras espera la ceremonia de inauguración y oración para el nuevo sistema de agua del valle. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Para los habitantes, el proyecto no solo representa una mejora en su salud, sino también una oportunidad para cultivar y cuidar de sus familias con mayor tranquilidad.

El proyecto tomó alrededor de seis meses y se convirtió en uno de los esfuerzos más grandes de la Iglesia en el país. El 13 de octubre de 2025, vecinos de diferentes comunidades se reunieron en Koningi Village para la ceremonia de dedicación del nuevo sistema de agua.

Los residentes del valle de Koningi caminan hasta el lugar de la inauguración del nuevo sistema de agua potable que abastecerá de agua limpia a todo el valle. El proyecto es un regalo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Durante el evento, autoridades de la provincia y líderes locales de la Iglesia de Jesucristo expresaron su gratitud a la Iglesia por financiar la planificación y construcción del sistema, destacando el impacto positivo que tendrá en las generaciones futuras.

El proyecto demuestra cómo las alianzas entre comunidades y organizaciones pueden llevar bienestar y esperanza incluso a los rincones más alejados del mundo.

Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org

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