Robert Parrott, el especialista forestal que cuidaba la Arboleda Sagrada en Palmyra, Nueva York, falleció el lunes 15 de mayo a la edad de 75 años después de una larga lucha contra el cáncer.
Parrott dedicó más de 25 años de su vida a la preservación y mantenimiento de este lugar tan especial para los Santos de los Últimos Días, el lugar donde Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo se aparecieron a José Smith en respuesta a su oración.
En una de las pocas entrevistas que dio, Robert compartió la razón por la que este icónico e importante lugar es considerado uno de los lugares más sagrados de la Tierra.
Él compartió para KSL TV:
“Creo que es un bosque sagrado y que el Señor tenía buenas razones para preservarlo. Creo que ya era un bosque sagrado cuando la familia Smith llegó al lugar, puede haber sido eso lo que atrajo al padre Smith a elegir esta propiedad entre los miles de acres de tierra que podía haber seleccionado.
José, tal vez explorando el terreno, entró a la arboleda y sintió esa santidad, y que por eso la eligió para orar. Lo que realmente la hace especial es el Espíritu que siempre está presente”.
A pesar de que Parrott no era un Santo de los Últimos Días, tenía una fuerte creencia sobre la naturaleza sagrada y espiritual de uno de los lugares históricos más significativos de la Iglesia de Jesucristo: la Arboleda Sagrada
El élder Marlin K. Jensen, autoridad general emérita que se desempeñó como historiador y registrador de la Iglesia, compartió:
“[Robert] fue un genio forestal autodidacta, un verdadero encantador de árboles. Introdujo prácticas de manejo y cuidado forestal que revivieron y revolucionaron el crecimiento y la vitalidad de la flora y la fauna de la Arboleda Sagrada, el cerro Cumorah y el sitio de la restauración del sacerdocio. Su don es un regalo que seguirá bendiciendo a las generaciones, es irremplazable”.
Fuente: Church News