La Universidad Brigham Young (BYU por sus siglas en inglés) comenzó su aniversario 150 con un devocional especial en el Marriott Center.

Más que mirar al pasado, fue un momento para reflexionar sobre el presente y proyectar el futuro de una universidad que une conocimiento secular y fe en Jesucristo.

Una herencia profética que inspira el presente

El vicepresidente de BYU, Keith Vorkink, presenta un video del difunto presidente Spencer W. Kimball en el devocional inaugural del Sesquicentenario de BYU en el Marriott Center. Imagen: Chisti Norris, BYU.

En el devocional se recordó el histórico discurso del presidente Spencer W. Kimball en 1975, conocido como “Second Century Address” (“Discurso del Segundo Siglo” en español). En él, invitó a BYU a ser diferente no solo por su campus o número de estudiantes, sino por la luz única que puede compartir con el mundo educativo.

Esa visión sigue vigente. “¿Qué estamos llegando a ser?” preguntó el vicepresidente Keith Vorkink. El aniversario, dijo, es como un examen a mitad de camino para recordar que el destino de BYU ha sido descrito por profetas y que cada estudiante tiene un papel en ese plan.

Educación con doble propósito

Imagen: Chisti Norris, BYU.

El presidente Shane Reese, en un mensaje en video, recalcó que BYU se distingue porque combina formación académica de clase mundial con fe en Jesucristo. Eso, dijo, no solo prepara a los estudiantes para destacarse en sus profesiones, sino que los capacita para servir mejor a los demás.

Su esposa, la hermana Wendy Reese, lo expresó de forma sencilla:

“Tu luz es única. Solo tú puedes brillar con ella, y el mundo la necesita”.

Estudiar en BYU no es casualidad; es una oportunidad para descubrir ese potencial espiritual y académico que bendecirá a muchos.

Una celebración con propósito

Estudiantes de BYU cantan «Feliz cumpleaños» al presidente Russell M. Nelson en su 101.º cumpleaños durante un devocional en el campus del Marriott Center. Imagen: Chisti Norris, BYU.

Durante el devocional, los 13,000 estudiantes presentes incluso cantaron “feliz cumpleaños” al presidente Russell M. Nelson, quien cumplió 101 años ese mismo día. Fue un recordatorio de la influencia profética que siempre ha guiado a la universidad.

Se compartieron también mensajes de exalumnos y líderes como Sharon Eubank, quien explicó cómo su tiempo en BYU le permitió integrar su fe con su aprendizaje académico. La escritura, los laboratorios y la literatura dejaron de ser áreas separadas para convertirse en un todo que fortaleció su fe y su visión de la vida.

“Me sentí muy agradecida por mi educación en la Universidad Brigham Young, porque fortaleció mi fe: mi fe en el conocimiento secular, mi fe en el templo, mi fe en las Escrituras, mi fe en mis experiencias, porque todo estaba unido”. – Sharon Eubank

Sharon Eubank, directora de Latter-day Saint Charities, habla a través de un video en el devocional del Sesquicentenario de BYU en el Marriott Center. Imagen: Chisti Norris, BYU.

El llamado para esta generación

El aniversario no es solo una fiesta institucional. Es una invitación personal. Cada estudiante de BYU está llamado a encender, fortalecer y compartir su luz. Tal como enseñó el presidente Kimball, la verdadera educación incluye la plenitud de las Escrituras y el deseo de ser parte de los negocios de nuestro Padre.

En este 150 aniversario, BYU recuerda que su misión no es solo enseñar, sino inspirar. Y cada joven que estudia allí tiene la oportunidad de ser un faro de luz en el mundo.

Fuente: Deseret News 

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