La noche del miércoles 27 de agosto de 2025, una fuerte tormenta provocó un deslizamiento de lodo en la zona de Buckley Draw, donde un incendio reciente había dejado la montaña vulnerable.
El flujo de tierra y escombros bajó por las calles, cubriendo carreteras y enterrando hasta con más de un metro de lodo un centro de reuniones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El hecho ocurrió en Provo, Utah, Estados Unidos, y las imágenes compartidas en redes sociales mostraron cómo un río de lodo descendía por Slate Canyon Drive, impactando directamente contra la iglesia ubicada en la intersección con Nevada Avenue.
Autoridades locales informaron que el lodo llegó a cubrir ventanas y puertas, además de ingresar a pasillos y aulas. El presidente de estaca Brian Hopkins confirmó que, aunque la capilla se salvó, una de las paredes se dobló por la presión.
De acuerdo con KSL News, El director de Obras Públicas, Gordon Haight, señaló que incluso una de las puertas de la cocina cedió, dejando entrar de tres a cuatro pies de barro al interior. También resultaron dañados el estacionamiento, jardines y parte del cerco.

Al amanecer del jueves 28 de agosto, todo panorama había cambiado. En lugar de un paisaje cubierto de barro, lo que se vio fue un ejército de voluntarios con palas y cubetas.
Más de 200 personas, entre vecinos, miembros de la Iglesia y brigadas municipales, se organizaron para retirar el lodo poco a poco.
“Es difícil de describir… había lodo por todas partes”, comentó Laura Thompson, una de las voluntarias. “Decían que llegaba hasta cuatro pies. Yo mido cinco, y era casi hasta aquí”.

Entre todos, lograron despejar aulas, rescatar un automóvil y comenzar a recuperar el espacio.
“Se sintió como si fuéramos una gran familia”, agregó Thompson.
Según KSL, la alcaldesa Michelle Kaufusi, la tragedia puso de manifiesto la fuerza de la comunidad:.
“El esfuerzo de los voluntarios ha sido un rayo de esperanza en medio de un evento climático tan significativo”.

Para la tarde del mismo jueves, las autoridades reportaron que se habían retirado más de 13,400 toneladas de lodo y escombros en casi mil viajes de camión.
A pesar de los daños materiales, no se registraron heridos. En palabras de Hopkins: “La capilla fue preservada, y eso es una bendición”.
La naturaleza mostró su poder en Provo, pero la respuesta de la gente fue aún más fuerte: solidaridad, esfuerzo conjunto y gratitud por lo más importante, la vida.




Mucha fuerza hnos,y bendiciones saludos desde Perú.