Los devastadores incendios forestales en California han llevado a la evacuación de aproximadamente 1,000 miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con al menos 30 familias que han perdido sus hogares.
En respuesta a esta emergencia, la Iglesia ha puesto a disposición sus edificios (capillas) como refugios temporales y centros de apoyo para las comunidades afectadas.
Además, se han distribuido suministros de emergencia desde el Almacén Central del Obispo en Salt Lake City y almacenes locales en el sur de California. Por ejemplo, se entregaron 1,500 cajas de agua embotellada en las áreas más impactadas.
El élder Mark A. Bragg, presidente del Área Norteamérica Oeste de la Iglesia, expresó:
“Nuestros corazones están con todos los afectados por los incendios que continúan causando destrucción”. Asimismo, destacó la gratitud por las muestras de apoyo y la disposición de voluntarios para ayudar en estos momentos difíciles.
Afortunadamente, todos los misioneros en la región están a salvo y continúan con su servicio. El Templo de Los Ángeles, que cerró temporalmente debido a la situación, ha reabierto y opera en su horario regular.
La Iglesia invita a quienes deseen colaborar a donar a los esfuerzos humanitarios o a ofrecer apoyo voluntario a través de organizaciones locales, enfatizando la importancia de la solidaridad y el servicio comunitario en tiempos de adversidad.
Fuentes: The Church News y Deseret News