Este fin de semana, más de un millón de personas se unieron para presenciar un acontecimiento histórico: el concierto del Coro del Tabernáculo y la Orquesta de la Manzana del Templo en el Movistar Arena de Buenos Aires, Argentina.
Los conciertos se realizaron el viernes 22 y sábado 23 de agosto de 2025, y fue este último el que se transmitió a toda Sudamérica en conmemoración de los 100 años de la dedicación de la predicación del evangelio en el continente.

Este concierto marcó la quinta parada de la gira mundial «Canciones de esperanza» que comenzó en Ciudad de México (México) y continuó en Manila (Filipinas), Florida y Georgia (EE. UU.), Lima (Perú) antes de llegar a Argentina.
Además, tuvo un matiz especial, fue el último concierto en español del Coro en esta gira, ya que en 2026 la sexta presentación será en Brasil, con un repertorio contará con interpretaciones en portugués.

La emoción del concierto fue tal que en tan sólo nueve horas el video de la transmisión del concierto en vivo superó las 1.1 millones de vistas en el canal oficial de YouTube del Coro del Tabernáculo, confirmando el alcance y la emoción de esta celebración que traspasó fronteras.
Un repertorio que tocó corazones

El Coro del Tabernáculo y la Orquesta de la Manzana del Templo ofrecieron un recorrido musical que unió tradición, espiritualidad y emoción.
Entre sus interpretaciones habituales, prepararon también regalos especiales para Argentina, como la inolvidable versión de “Adiós Nonino” de Astor Piazzolla, donde las voces se fundieron con el acordeón y el violín en un homenaje profundamente sentido.
Uno de los momentos más conmovedores del concierto fue una dramatización especial que relató la llegada del evangelio restaurado a Sudamérica desde los días de Melvin J. Ballard, el legado de los primeros miembros y el sacrificio de los misioneros.

La representación tocó el corazón de todos en la audiencia; muchos no pudieron contener las lágrimas al ver reflejado cómo, hace un siglo, comenzó la expansión del evangelio en esta parte del mundo.
La velada se llenó de momentos de ternura y recogimiento con el mix de “Mi Padre Celestial me ama” y “Oración de un niño”, interpretado en español con dulzura y pureza, recordando que el amor de Dios ilumina cada paso de la vida y que la oración sincera siempre llega al cielo.
Después, la energía creció con “Color esperanza”, en una colaboración junto a Alex Melecio que encendió al público con un mensaje de fe y optimismo compartido.

Uno de los instantes más entrañables llegó con la participación de Soledad Pastorutti, “La Sole”. Su interpretación de “Tren al cielo” fue recibida con entusiasmo, pero fue al entonar junto al Coro “Soy un hijo de Dios” cuando se vivió un momento único: miles de personas cantaron al unísono esta verdad sencilla y eterna, y sus voces se escucharon con fuerza en cada rincón del Movistar Arena.
El espíritu de identidad y transformación se reforzó con “Todo cambia”, interpretada por La Sole, Maggie Cullen, Alex Melecio y Dos Más Uno, en un homenaje a Mercedes Sosa que estremeció al público argentino.

Y, con igual fuerza, himnos como “¡Oh, está todo bien!”, “Llamados a Servir” y “El Espíritu de Dios” llenaron el lugar de solemnidad y gratitud, recordando el legado de fe que une a generaciones de Santos de los Últimos Días.
La noche alcanzó su clímax con “Creo en Cristo”, cantado en español como una proclamación poderosa de fe: “Creo en Cristo, ¡Él es mi Rey!”.
Finalmente, el Coro se despidió con “Para siempre Dios esté con vos», con su sencillo recordatorio de «¡hasta vernos con el Rey!”, dejando en el corazón de todos un sentimiento de paz, esperanza y unidad.

El paso del Coro del Tabernáculo y la Orquesta de la Manzana del Templo por Argentina no solo celebró un siglo de historia de la Iglesia en Sudamérica, sino que también unió a miles de voces en una misma fe y propósito.
Con cada interpretación, los artistas regalaron música que trasciende culturas y credos, convirtiendo esta visita en un recuerdo imborrable para todos los que participaron. Sin duda es un regalo y una oportunidad que nos invita a acercarnos mucho más El Salvador.




Los conciertos en Perú y el Argentina me llenaron de un espíritu que me confirma una vez más que este evangelio es verdadero.