El 19 de julio, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días lanzó un importante documental basado en la vida de Reyna I. Aburto, segunda consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, una de las organizaciones de mujeres más grandes del mundo. Como Reyna es oriunda de Nicaragua, una parte de los tres vídeos fueron filmados en este hermoso país.
La infancia de la actual lideresa mormona guarda dos acontecimientos muy impactantes: el terremoto en 1972 en el cual falleció su hermano menor y el período de la guerra civil en Nicaragua. Estos difíciles momentos le enseñaron que la familia, la fe y el amor es lo más valioso que se puede tener.
Ya en la etapa de su juventud, la hermana Aburto asistió a la Universidad Centroamericana, para graduarse como ingeniería industrial. Además obtuvo un título de grado asociado en ciencias de la informática por la Universidad Utah Valley.
En 1989, cuando atravesaba un momento complicado, los misioneros la invitaron a asistir a la Iglesia de Jesucristo en California. A pesar de las dudas, tan pronto ingresó al centro de reuniones, la hermana Aburto sintió que estaba en casa y a salvo. Semanas después, fue bautizada a los 26 años. De esa experiencia, ella comentó: “nunca ha dejado de maravillarse por la belleza del Evangelio, pertenecer a la Iglesia es un privilegio”.
Sin embargo, cuando todavía era una joven madre, tuvo que separarse de su esposo debido a la adicción que él tenía. A pesar de la penosa situación. Ella encontró esperanza en el Evangelio de Jesucristo, el cual la llevó al amor que ella necesitaba.
Actualmente, Reyna Aburto está casada con Carlos Aburto, de Mexico, con quien tiene 3 hijos. Ella describe a su esposo Carlos como su “mejor amigo” y su “mayor apoyo”. Ambos disfrutan pasar el tiempo con sus hijos y sus dos nietos.
El director del mencionado documental, Justin Cook declaró: “Ella me enseñó muchas cosas acerca de cómo enfrentar nuestros momentos más difíciles con esperanza, fe y amor.”
La hermana Aburto compartió: “Hay mucha conmoción en el mundo y muchas cosas que están fuera de nuestro control. Cada uno de nosotros tiene el poder de ser un agente de cambio empezando donde estamos. No importa nuestras circunstancias, podemos tratar de ser la mejor persona que podemos ser. Podemos empezar en nuestras familias siendo pacificadores, compartiendo el amor y preparándonos para lo que viene.”
La hermana Aburto halla paz sabiendo que “existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:25) debido a que todas nuestras “aflicciones… pueden ser consumidas en el gozo de Cristo” (Alma 31:38).
Fuente: saladeprensamormona.org.ni