La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha realizado una importante donación de $5.1 millones de dólares a la Cruz Roja Americana, con el fin de apoyar esfuerzos críticos en el área de la recolección de sangre y el tratamiento de la anemia falciforme.
Esta colaboración incluye el suministro de equipos para nuevos centros de donación y la mejora en la recolección de sangre, con el objetivo de aumentar la disponibilidad de unidades compatibles para pacientes con esta enfermedad.
Blaine Maxfield, director ejecutivo de Servicios de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia, comentó sobre la colaboración:

“Gracias a nuestra colaboración, estamos aumentando las donaciones de sangre, avanzando en el tratamiento de la anemia falciforme y fortaleciendo nuestra capacidad de bendecir millones de vidas. Al unir nuestros esfuerzos, extendemos el amor del Salvador a aquellos que lo necesitan”.
Heidi Ruster, directora ejecutiva de la Cruz Roja Americana en la región de Utah/Nevada, destacó el impacto de esta colaboración:
“La donación de la Iglesia apoyará los esfuerzos e iniciativas de la Cruz Roja en Utah y en todo el país, sin embargo, esta colaboración va mucho más allá de una financiación, es un testimonio de nuestra dedicación compartida para servir y apoyar a quienes lo necesitan”.
La relación entre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la Cruz Roja Americana data de más de un siglo.

Desde finales del siglo XIX, la fundadora de la Cruz Roja, Clara Barton, y Emmeline B. Wells, una líder de la Sociedad de Socorro, entablaron una comunicación sólida a fin de proveer ayuda humanitaria durante la Guerra Hispano-Americana.
La Iglesia organizó su primera colecta de sangre en 1996 y se ha convertido en el mayor contribuyente individual a las campañas de recolección de sangre de la Cruz Roja Americana. Anualmente, los Santos de los Últimos Días donan aproximadamente 97,000 unidades de sangre, lo que ayuda a salvar miles de vidas.
En las últimas tres décadas, la Cruz Roja Americana ha recolectado más de un millón de unidades de sangre a través de unas 37,000 campañas organizadas por la Iglesia.

Esta colaboración no solo ha contribuido a la recolección de sangre, sino también a la movilización de miles de voluntarios para asistir en situaciones de emergencia y proporcionar ayuda humanitaria.
En 2024, la Iglesia de Jesucristo superó los $1.45 mil millones en esfuerzos de ayuda a nivel mundial, incluyendo el apoyo a personas en situaciones de pobreza, desastres naturales y otras crisis.
Donaciones como esta refuerzan el compromiso de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con el bienestar de las personas, demostrando su deseo de seguir el ejemplo de Jesucristo al ayudar a aquellos que más lo necesitan en todo el mundo.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org



