El musical del Libro de Mormón que Broadway no quiere que veas

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Con más de 800 millones de dólares en ingresos y un total de 9 premios Tony, los más prestigiosos en el mundo del teatro, el musical ‘El Libro de Mormón’ supera los 10 años en la cartelera de Broadway.

Esta aclamada obra, aunque lleva el nombre del texto sagrado que compartimos los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, desafía la fe y satiriza muchos elementos de carácter santo para los miembros de la Iglesia.

Pero hay historias musicales, cuya producción inició mucho antes, que representan con autenticidad la paz y el amor que Dios nos ofrece a través del Libro de Mormón. Una obra que, en un mundo cada vez más acostumbrado a ridiculizar la religión, transgrede esa naturaleza irreverente del arte para regalar una pieza que te acerca a los cielos.

El origen de la misión “imposible”

James Dunne

James Dunne contemplando un cuadro de Samuel ‘El Lamanita’. Créditos: Laura Seitz, Deseret News

Es la apasionante música del Libro de Mormón de James Dunne, un converso de la Iglesia de Jesucristo que, desde que descubrió por primera vez este texto sagrado en 1974, “estaba completamente intrigado por él y todo lo relacionado con él”, relata.

Sin embargo, fue unos años después cuando Dunne escuchó por primera vez el pasaje que lo inspiraría a llevar a cabo estos esfuerzos musicales durante más de tres décadas.

Se trata de los versículos 15 al 31 del capítulo 4 de 2 Nefi, conocidos como “el salmo de Nefi”. Allí, este antiguo profeta declara: 

“Mi alma se deleita en las cosas del Señor […] mi corazón se entristece [y] aflige a causa de mis iniquidades […] ¡Despierta, alma mía! No desfallezcas más en el pecado”.

Al darse cuenta de que esto había sido considerado un salmo, Dunne recuerda haber preguntado: “¿Dónde está la música?”. En ese momento, se sorprendió de no poder encontrar ninguna canción existente centrada en este texto tan adecuada para el tratamiento musical.

Si bien a lo largo de los últimos 30 años diferentes Santos de los Últimos Días han musicalizado estos inspirados versículos, Dunne quería que esos sentimientos que únicamente las melodías pueden transmitir estén presentes para todo el libro.

“Alguien tiene que hacerlo”, se dijo al inicio de la década de 1980.

Los profetas como protagonistas

Nefi orando

La fe de Nefi inspiró al hermano James. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Pero la misión de componer una canción digna al salmo de Nefi fue más complicada de lo que esperaba. Durante seis meses, sus esfuerzos estuvieron estancados. No lograba encontrar la manera de construir algo que coincidiera con las palabras de Nefi hasta que se le ocurrió claramente que “la magia” estaba en “sus palabras , no en las mías”.

Así fue que se concentró en crear canciones centradas en las palabras directas de esta antigua escritura, como él dice: “envolviendo la música alrededor de palabras proféticas”.

Dunne se inspiró en su amigo Brett Raymond, un arreglista musical de larga trayectoria del Today Show de la NBC, que había transformado canciones de la Primaria en arreglos populares al estilo de James Taylor, Sting, Billy Joel y Paul McCartney.

También se sintió conmovido por una charla que dio su presidente de estaca en Salem, Oregón, centrada en las 17 preguntas de Alma 5. Este mensaje le ayudó a entender que las preguntas por sí solas transmitían todo el mensaje, tratando de igualar musicalmente el tono de las preguntas de Alma.

Autodidacta gracias al Libro de Mormón

James Dunne

El hermano James ha logrado que su gran pasión lo acompañe en su familia y trabajo. Imagen: Latter-Day Saints Musicians

Esto dio inicio a su larga búsqueda de más oportunidades para canciones en el resto del Libro de Mormón. Se dio cuenta que los pasajes que se adaptaban mejor eran los testimonios personales, las efusiones o los soliloquios, que evocan sentimientos como el triunfo o la depresión.

Para Dunne, las partes más apasionantes del Libro de Mormón “sacan a relucir el corazón, el alma y el espíritu de un individuo a partir de las Escrituras”.

Así, para 1995, Dunne ya había compuesto canciones sobre Nefi, Enós, el rey Benjamín y Alma. Más tarde, en 2014, se tomó un tiempo en el estudio de grabación casero de un amigo, antes de finalmente conseguir uno propio, y creó versiones grabadas de estas canciones con arreglos orquestales y vocalistas.

Durante este tiempo, Dunne aprendió a trabajar como ingeniero de sonido, a obtener derechos de publicación y copyright, y a poner música en plataformas de streaming. 

Incluso, durante los años en que crio a sus hijos y trabajó como gerente general, Dunne continuó trabajando en su “pasión musical más seria, las ‘letras’ del Libro de Mormón puestas en música”.

Grabaciones de nivel superior

En ese momento, Dunne estaba feliz de ver que sus canciones se habían escuchado en seis continentes y 30 países, pero bromeaba con la gente: “A las 30 personas les gustan”.

Tras el lanzamiento anticipado de su música, Dunne comenzó a sentir en 2021 que podía ofrecer más

“No era lo suficientemente bueno para representar mi amado Libro de Mormón”, se repitió a sí mismo.

Entonces comenzó a buscar profesionales locales que lo ayudaran a regrabar algunas de sus canciones a un nivel superior. Después de contactar a Daniel Blomberg para que lo ayudaran con los arreglos y a Dave Zimmerman, el propietario de Noisebox Studios, Dunne comenzó a reimaginar la música y a regrabar las canciones con nuevos vocalistas, con una producción y un sonido de mayor calidad.

Comenzando con “Can You Feel So Now?”, una canción vinculada a Alma, cantada por Conlon Bonner, se grabaron 10 canciones adicionales en un nuevo formato contemporáneo. 

Lehi canta su sueño a sus hijos descarriados. Enós pregunta: “¿Cómo se hace?”. Alma canta acerca de nutrir la palabra. Las madres son testigos de cómo Cristo llora por la bendición de sus hijos (“Lloró”) y los testigos describen cómo fue oír al Salvador pedir específicamente por ellos (“Lo oímos orar”).

Dunne recuerda sentirse sorprendido por el entusiasmo y la pasión que los cantantes trajeron a la sesión de grabación; a menudo lloraban porque tenían la oportunidad de convertirse en estas personas de las Escrituras por las que tenemos una gran reverencia”.

Próximamente con versiones en español

James Dunne

El hermano James espera llevar estos esfuerzos al escenario. Créditos: Laura Seitz, Deseret News

Tras presenciar esta emoción, Dunne decidió cambiar el título al proyecto por “Testimonios apasionados de Cristo”.

“Has creado algo realmente maravilloso, James”, le dijo Lex de Azevedo, uno de los vocalistas, a Dunne. Entusiasmado por saber cómo llevar todo el musical al mundo.

Por su parte, Garth Smith, otro de los que prestó su voz para la obra, aseguró: 

“Este es un proyecto que cambiará vidas.

Aunque Dunne tiene estos sencillos en Spotify, YouTube y Apple Music, lamenta que en la superabundancia actual de los reproductores gratuitos, publicar nueva música y esperar a que sea reproducida puede ser frustrante.

A pesar de las escasas regalías que recibe de las plataformas de streaming, Dunne espera algún día grabar versiones en español y producir las 13 canciones restantes que ya se compusieron del Libro de Mormón. 

Se imagina que se utilizarán como fondo para otros videos y bandas sonoras, o que se convertirán en viñetas breves de canciones individuales que inviten a los oyentes a reflexionar sobre los mensajes del texto.

Sin embargo, el sueño de los sueños de Dunne es ver canciones como las que él está creando en un musical del Libro de Mormón. Uno que realmente esté a la altura del sagrado texto.

Para escuchar las 10 escenas musicales del hermano James Dunne, puedes dar clic a este enlace. Y si deseas un ejemplar gratuito del Libro de Mormón, ¡no dudes en contactarnos en los comentarios!

Fuente: Deseret News

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