Miles de personas se reunieron en el Tabernáculo de la Manzana del Templo para despedir al presidente Ballard en la mañana del 17 de noviembre del 2023.
El presidente M. Russell Ballard fue recordado por amigos y familiares como un discípulo devoto de Jesucristo y un hombre fervientemente centrado en su familia.
Lo que dijo la Primera Presidencia sobre el presidente Ballard
Una conexión tangible con el profeta José Smith
Como tataranieto de Hyrum Smith, el presidente Ballard tenía una conexión tangible con el profeta José Smith, escribió la Primera Presidencia.
“Sería imposible medir el impacto para bien del presidente Ballard durante su estancia en la mortalidad”, dijo la Primera Presidencia en una declaración leída por su primer consejero, el presidente Dallin H. Oaks.
El presidente Russell M. Nelson, que vio el funeral desde su casa, le pidió al presidente Oaks que dirigiera el servicio
“Como joven misionero en Gran Bretaña, como presidente de misión en Toronto y como Autoridad General, ha recorrido el mundo muchas veces, enseñando y testificando de Jesucristo y de la Restauración de Su evangelio. Ha sido un valiente guerrero de la verdad”.
El presidente Ballard fue “un hombre verdaderamente extraordinario, esposo, padre, abuelo y querido apóstol del Señor Jesucristo” que deja un legado de “fe perdurable y compromiso con el evangelio de Jesucristo… Tal como él esperaba, pasó de esta vida a la otra con su testimonio brillando fuertemente”.
Un maestro talentoso y con celo por la obra misional
El presidente Ballard era un maestro talentoso y con celo por la obra misional, destacó la Primera Presidencia.
“Su naturaleza reflexiva y contemplativa fue una bendición para el Consejo de la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles. Todos los que tuvieron el privilegio de asociarse con él extrañarán mucho su tremenda energía y su encantador sentido del humor”.
Después de leer la carta, el presidente Oaks también habló del presidente Ballard.
“El presidente Ballard y yo nos sentamos uno al lado del otro en las reuniones del Cuórum de los Doce Apóstoles durante casi 33 años”, dijo. “El presidente Eyring conoció íntimamente al presidente Ballard durante unos 40 años. El presidente Nelson conocía al presidente Ballard desde antes que cualquiera de nosotros. Cada uno de nosotros amaba a este hombre, nos inspiró su ferviente testimonio, aprendimos de sus muchas grandes cualidades de liderazgo y fuimos bendecidos por su influencia en toda la Iglesia.
Ha sido un líder ejemplar del Cuórum de los Doce durante los muchos años que ocupó ese cargo. Lo extrañaremos. Los demás líderes de la Iglesia lo extrañarán. Nuestros misioneros lo extrañarán. Los miembros de la Iglesia lo extrañarán”.
Finalmente, el presidente Oaks dijo que afortunadamente la pérdida de quienes están aquí es una ganancia “para innumerables seres queridos y líderes que lo saludan al otro lado del velo. Allí y aquí, su influencia para la justicia es y será profunda y permanente”.
Lo que dijo el presidente Holland sobre el presidente Ballard
‘Uno de los mejores amigos que tendrás’
En el otoño de 1990, hace 33 años, el presidente Jeffrey R. Holland, entonces Setenta Autoridad General que se desempeñaba como presidente del Área Europa Norte de la Iglesia, se enteró de que el presidente Ballard sería su primer contacto en el Cuórum de los Doce Apóstoles.
Estaba “nervioso y asustado”, ya que había tenido “poca exposición eclesiástica a él y ningún contacto personal en absoluto”.
Esa noche, el presidente Holland se arrodilló y “suplicó por paz y tranquilidad”.
“Entonces escuché una voz tan sorprendente que dejé de orar — a mitad de la frase — y consideré cada sílaba que había escuchado. Como muchas otras experiencias similares en mi vida, no sé si fue una voz audible o una que llegó directamente a mi mente, pero esa distinción no importa”, dijo el presidente Holland.
Luego, el Señor comunicó un poderoso mensaje al presidente Holland: “El élder Russell Ballard será uno de los mejores amigos que jamás tendrás en este mundo. Disfrutarás de su compañía y buscarás su consejo por el resto de tu vida”.
El presidente Holland dijo que la respuesta inesperada a la oración se ha cumplido mil veces en cada detalle.
“Lo que puedo decir es que durante los siguientes tres años disfrutamos trabajando largas horas juntos en Inglaterra y Escandinavia, riendo, llorando y amando el trabajo, comiendo pescado con papas fritas en el camino y evitando el lutefisk (comida tradicional de los países nórdicos) en Navidad”, dijo.
“Entonces, de manera muy inesperada, me convertí en miembro de su cuórum, donde he disfrutado de su amistad y sabios consejos durante más de 29 años, seis de los cuales he estado a su lado observando de cerca su liderazgo en ese cuórum.
Aun más personalmente, puedo decir que durante mi reciente estancia en el hospital de cinco semanas, tres de las cuales las pasé en un viaje inconsciente hasta las puertas de la muerte, el presidente Ballard me dio bendiciones o me visitó o llamó al hospital todos los días durante esas semanas mientras mi vida pendía de un hilo.
¿Cómo se le agradece a un hombre por eso?
A cambio, el presidente Holland dijo que visitó o llamó al presidente Ballard todos los días durante las últimas dos o tres semanas de su vida y que “gracias a esta notable familia, a quienes amo tanto y que me honran con esta invitación a hablar, pude besar la mejilla del presidente Ballard por última vez apenas unas horas antes de su fallecimiento”.
Al igual que los miles, ahora millones, que han sido bendecidos por el testimonio del presidente Ballard sobre nuestro Salvador, “Yo también doy testimonio del Señor Jesucristo, de que Él es el Redentor de toda la humanidad, la vida y la luz del mundo”, dijo el presidente Holland.
“Celebro al presidente Ballard como alguien que ciertamente saldrá triunfante en la mañana de la primera resurrección. Lo hará como destinatario de un don que fluye del gran sacrificio expiatorio del Santo Cordero de Dios, un don que es el esplendor central del plan eterno de la misericordia divina del cual Melvin Russell Ballard ha sido testigo especial, y aún es”.
Lo que dijo el élder Cook sobre el presidente Ballard
‘Fue un mentor para cada uno de nosotros’
El élder Quentin L. Cook, otro compañero del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo que fue una alegría unirse al presidente Ballard y al presidente Holland en un viaje hace dos años a las Islas Británicas. (Los élderes Holland y Cook sirvieron juntos en la Misión Británica – la misma misión en la que estuvo el presidente Ballard 12 años antes).
El apóstol dijo que el tiempo que pasó preparando ambas versiones de “Predicad Mi Evangelio” (2004 y 2023) con el presidente Ballard fue “uno de los mejores momentos de mi vida”.
“El presidente M. Russell Ballard fue un mentor para cada uno de nosotros en el Cuórum y para muchos, muchos otros”, dijo el élder Cook. “Era un cálido constructor de puentes con un gran sentido del humor y era amable con todos. Era sabio y trataba de mantener las cosas sencillas. Era inclusivo e invitaba a todo el mundo a su círculo.
Demostró un gran carácter e integridad en todos los aspectos de su vida. Su testimonio personal del Salvador era firme e inquebrantable. Estoy eternamente agradecido por haber sido bendecido por el poder de su testimonio”.
‘Papá nos movió el alma’
Dos de los siete hijos del presidente Ballard también hablaron durante la ceremonia. Su hijo Craig dijo que el presidente Ballard estuvo sirviendo a los demás hasta sus últimas horas.
“Dos días antes de fallecer, estaba convencido de que iba a ir a la consulta el lunes”, dijo Craig. “La última bendición que dio fue a alguien cuando era paciente en el hospital. Así era él.
Antes de fallecer, a menudo nos decía: ‘Todavía tengo algunas cosas que hacer’”, añadió Holly Clayton, una de sus hijas.
“Papá nos movió el alma”, dijo Craig. “Nos enseñó a vivir y a compartir el Evangelio de Jesucristo a través de sus 88 mensajes de conferencia general y de otros innumerables discursos.
Mi padre no sólo predicaba la palabra, sino que la vivía cada día. Realmente amaba a las personas de todo el mundo y las ayudaba a progresar dondequiera que estuvieran en el camino del convenio”.
Eso era especialmente cierto en su papel de padre. Otra de las muchas bendiciones que dio fue a Holly hace unos años, después de que le diagnosticaran cáncer.
“Papá estaba destrozado”, dice Holly. “Convocó a toda la familia para ayunar y orar por mí. Yo estaba en un mundo de miedo e incertidumbre. Cuando llegó la noche de la bendición, puso sus manos sobre mi cabeza y elevó una dulce oración, suplicando al Señor una bendición de fuerza, paz y curación para mí”.
La devoción del presidente Ballard por su familia se manifestó de otras formas importantes, dijo Holly. Por ejemplo, cuando una de sus hijas con un bebé estaba a punto de regresar sola a San Diego desde Utah (porque su esposo estaba desplegado en la Marina), él se aseguró de que regresara sana y salva.
“Cuando llegó el momento de volver, papá no quería que condujera sola”, dice Holly. “Él estaba asignado a una conferencia de estaca ese fin de semana, pero le dijo: ‘He encontrado a alguien que se encargue de la conferencia y yo te llevo a casa’”.
‘Papá, llévate a mamá a bailar’
Holly dijo que Barbara, su madre y esposa del presidente Ballard (fallecida en 2018), lo era todo para él.
“Se consideraba el hombre más afortunado del mundo por haber conquistado su corazón”, dice Holly. “Nos recordaba constantemente que su mejor trabajo de ventas era conquistarla. A veces, en los últimos años, incluso nos decía que si mamá pasaba mucho tiempo en el cielo sin él, podría encontrar a alguien que le gustara más. Mamá siempre ha sido, y sigue siendo, su reina”.
“Nuestro objetivo es estar a la altura del ejemplo de nuestro padre y de nuestra hermosa madre”, concluyó Holly. “Para cada uno de sus siete hijos y sus cónyuges, papá siempre fue ante todo un padre, y cada uno de sus 43 nietos le conocía mejor como su abuelo.
¡Te queremos, papá! Llévate a mamá a bailar”.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org
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