En una emotiva reunión, el élder Quentin L. Cook rededicó el histórico Tabernáculo de Logan, un lugar con profundas raíces tanto en la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como en su propia vida personal.
Acompañado por líderes de la Iglesia y miembros de la comunidad, el élder Cook recordó cómo este tabernáculo ha sido un símbolo de fe y unidad desde su construcción en el siglo XIX.
Con casi 1,000 personas presentes, la ocasión fue una oportunidad para reflexionar sobre el sacrificio de los pioneros que construyeron el edificio y su influencia duradera en generaciones futuras.
El tabernáculo, utilizado tanto para reuniones de la Iglesia como para eventos comunitarios, ha sido un punto de encuentro para personas de diversas creencias. Durante la rededicación, se destacó el trabajo conjunto entre los pioneros y la comunidad actual para preservar este valioso legado.
Entre los asistentes se encontraban líderes locales y cívicos, así como la presidenta de la Universidad Estatal de Utah, Elizabeth Cantwell, subrayando el papel del tabernáculo como un lugar de conexión tanto espiritual como comunitaria.
La historia de este edificio incluye visitas de dignatarios como Theodore Roosevelt y eventos como conciertos comunitarios y cantos conjuntos del “Mesías”.
El proceso de renovación del tabernáculo estuvo marcado por desafíos inesperados, como uno de los inviernos más duros en Logan en décadas. Sin embargo, la fe y la perseverancia de los equipos de trabajo, reflejo del espíritu pionero original, lograron superar estos obstáculos, culminando en una restauración que honra el esfuerzo de los constructores originales.
Entre las renovaciones, se incluyó la restauración de dos pinturas históricas de Everett Thorpe, una de las cuales había estado cubierta durante años, y la eliminación de asientos del balcón central por razones estructurales.
El élder Cook destacó en su oración de rededicación la importancia de recordar y honrar los sacrificios de los pioneros que vinieron de diversos países europeos, y cómo su legado continúa bendiciendo a la comunidad actual.
“Somos los beneficiarios de aquellos que vinieron y se quedaron, que se establecieron y lucharon”, dijo el élder Cook, resaltando la conexión entre las generaciones pasadas y presentes.
Este tabernáculo sigue siendo un testimonio de la resiliencia, la fe y el compromiso de aquellos que trabajaron incansablemente para construir no solo un edificio, sino una comunidad.
Además de su valor histórico, el tabernáculo sigue siendo un símbolo de unidad en el Valle Cache, con eventos que continúan uniendo a personas de todas las creencias y antecedentes.
La rededicación no solo revitalizó un edificio, sino que también renovó el compromiso de la comunidad de seguir construyendo sobre la sólida fundación espiritual y cultural dejada por los pioneros.
Fuente: The Church News