Salt Lake City atraviesa días de duelo tras el fallecimiento de Arthur Folasa Ah Loo, un querido diseñador de moda, esposo, padre y referente de la comunidad polinesia en Utah.
Afa, como lo conocían sus amigos y colegas, murió la noche del sábado 14 de junio tras recibir un disparo durante la protesta pacífica “No Kings”, en el centro de la ciudad. Tenía 39 años.

Según la policía, un hombre armado con un rifle apuntaba a los manifestantes. Un miembro del equipo de seguridad disparó intentando detenerlo. La bala, sin embargo, alcanzó a Arthur en medio del caos. Fue trasladado de urgencia, pero los médicos no lograron salvarle la vida.
Su fallecimiento generó un profundo pesar entre familiares, amigos, miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, diseñadores locales y líderes comunitarios. Su legado ya se refleja en los múltiples homenajes que han surgido desde entonces.
Un artista con raíces y propósito

Arthur no fue solo una víctima inocente. Fue un creador apasionado, un samoano orgulloso y un defensor de su cultura a través del arte. Participó en la temporada 17 del programa Project Runway, donde destacó por combinar sus raíces culturales con un diseño contemporáneo y audaz.
Fundó una marca propia en Utah y lideraba una empresa de diseño. También colaboraba activamente con Creative Pacific, una organización sin fines de lucro dedicada a promover la voz de los artistas del Pacífico. Su visión era clara: representar a su gente con autenticidad, belleza y orgullo.
“Afa no solo diseñaba ropa. Diseñaba esperanza, identidad y orgullo para la comunidad polinesia”, comentó un colega cercano.

Aunque su carrera lo llevó a grandes escenarios, Afa siempre volvía a casa con humildad. Su esposa, Laura, y sus hijos, Vera e Isaac, eran el centro de su vida.
“Todo lo que hacía, lo hacía pensando en su familia. Su amor por ellos llenaba cualquier habitación”.
Quienes lo conocieron destacan su alegría, su generosidad y su fe. Era miembro activo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y encontraba en el evangelio de Jesucristo guía para su vida diaria.
Tras su muerte, se lanzó una campaña en GoFundMe para apoyar a su esposa e hijos. Lindsey Olson y Tara Davies, organizadoras de la iniciativa, lo describieron como “un alma brillante y generosa que tocó miles de vidas”.
“Afa buscaba paz, justicia y unidad. No estaba ahí para causar violencia, sino para demostrar que aún se puede protestar con respeto y propósito”.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias, homenajes, ilustraciones y llamados a la acción. Líderes polinesios, artistas, miembros de la Iglesia y activistas compartieron su dolor y recordaron su impacto.

El fallecimiento Arthur ha reactivado el debate sobre la seguridad en protestas y el uso de la fuerza en contextos de tensión. Aunque las autoridades han iniciado una investigación, muchas voces exigen transparencia y medidas concretas para evitar que estas tragedias se repitan.
Sin embargo, más allá del análisis, la comunidad se une para honrar su vida y recordar su ejemplo.
“Perderlo así nos rompe el alma, pero también nos une”.
Salt Lake City despide a un artista brillante, pero también a un hombre íntegro. Uno que amó profundamente a su familia, defendió su cultura con orgullo y dejó al mundo un legado lleno de color, sentido y compasión.
Fuente: DW