Con 27 víctimas mortales confirmadas, 16 mil hectáreas afectadas, y más de 12,300 estructuras destruidas, los incendios forestales de California del mes de enero conmovieron a todo el mundo.
Un desastre natural al que los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no estuvieron exentos.
Hilary buscando recuerdos. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Hilary y Jonathan Cannon, dos jóvenes padres de cuatro niños entre 3 y 10 años, tenían una casa nueva en Pacific Palisades antes del fenómeno:
“No puedo evitar pensar en el dolor de mis hijos. Están devastados”, expresó Hilary.
Caminando entre los escombros de lo que fue su hogar, Hilary recuerda que, días antes, estaba recorriendo el terreno en búsqueda de recuerdos familiares.
Quería hallar, por lo menos, los remanentes de los adornos de Navidad personalizados que hizo para cada uno de sus hijos:
“Puedo caminar por allí; puedo ver todo lo que hay en mi casa. Pero es como si tu cerebro supiera que se ha ido, no puedes aceptarlo porque es demasiado, es demasiado”, agregó.
Un dolor que purifica
El apóstol recordó sus problemas de salud. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Sin embargo, en medio de este devastador sufrimiento, Hilary y decenas de fieles miembros de la Iglesia que se vieron afectados por los incendios forestales, se reunieron en una capilla el último sábado para escuchar al presidente Jeffrey R. Holland, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles.
“No sé si una reunión como esta significa algo para ustedes, pero significa mucho para nosotros y queremos que lo sepan. Lloramos con ustedes. Oramos con ustedes. No están aislados. No están olvidados”, declaró cerca de las lágrimas.
“Nos aferramos a lo que conocemos”, dijo el presidente Holland, haciendo referencia al perfecto plan que Dios ha diseñado para nuestra felicidad. “Eso significa fe, perseverancia, paciencia y bondad fraternal”, añadió.
También testificó que con demasiada frecuencia buscamos “la longanimidad, pero no queremos que sea muy larga… y no queremos sufrir”. Así como el Salvador padeció todos los dolores de este mundo, nosotros también seremos probados.
Un futuro más grande
Jonathan en los escombros de su casa. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
“Este es solo un pequeño momento en nuestras vidas que es realmente difícil y probablemente lo será por mucho tiempo”, expresó Jonathan Cannon, esposo de Hilary, agregando:
“Pero sabemos que hay algo más grande en el amor de Dios que nos fortalecerá, nos protegerá y nos ayudará a superar esto”.
Aunque en los momentos de aflicción puede ser difícil sentir la mano de Dios, el presidente Holland instó a todos esos fieles Santos que entreguen “un corazón quebrantado y un espíritu contrito” para superar la pérdida, la frustración, la tristeza y el pecado.
“Necesitamos orar más”, exhortó, refiriéndose a sus propios problemas de salud que lo tuvieron hospitalizado por semanas. Pero reconoció que esas situaciones de desamparo nos permiten acercarnos al Padre y recibir las bendiciones que da a todos Sus hijos en los momentos de desconsuelo.
Los presentes no pudieron evitar las lágrimas. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El apóstol del Señor también se tomó el tiempo de destacar la valentía de las madres de todos los pequeños y jóvenes víctimas de este desastre.
“Nunca te dejaré ni te desampararé”, dijo el presidente Holland, haciendo referencia a las palabras del Salvador a los jóvenes y ofreciendo una bendición a sus madres que están enarbolando “la bandera de la fe”.
Los incendios de Palisades, Eaton y Hughes se encuentran entre los 10 incendios más grandes que han afectado esta zona desde 2013.
Nos unimos a las palabras del presidente Holland y oramos por el consuelo de todos nuestros hermanos y hermanas, de cualquier fe, afectados. No están solos.
Fuente: Church Newsroom
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