Más de doscientas treinta personas entre abogados, líderes religiosos, académicos, representantes del gobierno y aliados interreligiosos se reunieron en el campus BGC de la Universidad de Filipinas para participar en la séptima edición del Foro Internacional sobre Derecho y Religión.
El encuentro, organizado en colaboración con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, reunió perspectivas diversas enfocadas en un tema que cada vez cobra más relevancia en el mundo: el papel de las mujeres en la construcción de paz y estabilidad social.
Voces diversas, un propósito común

Instituciones como el UP Law Center, el International Center for Law and Religion Studies de BYU, Religions for Peace Philippines y otras organizaciones locales se unieron para crear un espacio en el que especialistas del sudeste asiático y otras regiones compartieron experiencias y desafíos actuales.
La conversación giró en torno a cómo se entrelazan la identidad religiosa, la protección legal y el bienestar comunitario. El foro buscó impulsar cooperación, fortalecer el respeto entre credos y promover soluciones que resguarden la libertad religiosa mientras se trabaja por sociedades más seguras.
Un mensaje claro de Elder James R. Rasband

Elder James R. Rasband, Setenta Autoridad General de la Iglesia, ofreció el mensaje principal. Con su formación en derecho por Harvard, subrayó un punto que marcó la jornada:
“La voz de las mujeres es esencial para el florecimiento de las comunidades y de las naciones.”
Explicó que el lenguaje de fe y conciencia que muchas mujeres usan para abordar los conflictos aporta una claridad única al proceso de paz. También recordó que el 80% de la población mundial se identifica con una religión, y que la mayoría de ese grupo son mujeres.
“Si las mujeres de fe no participan, el mundo pierde a su grupo más numeroso de posibles constructoras de paz.”
Para quienes asistieron, la invitación fue directa. Elder Rasband animó a que las mujeres lleven sus convicciones espirituales a estos espacios globales, confiando en que el Evangelio, cuando impulsa a servir y a buscar entendimiento, puede convertirse en una fuerza transformadora.
Espacios para profundizar y proponer

El foro incluyó seis sesiones temáticas que llenaron las salas. Los participantes pudieron conversar sobre desafíos internacionales, brechas en la implementación de la agenda de mujeres, paz y seguridad, participación juvenil, espacios digitales, comunidades vulnerables y estructuras que fortalecen la colaboración entre sectores.
Cada sesión destacó la importancia de proteger la libertad religiosa, promover la cooperación interreligiosa y asegurar que las mujeres tengan acceso a herramientas reales para liderar esfuerzos de reconciliación en contextos complejos.
La discusión también mostró cómo los medios, la educación y el trabajo conjunto entre instituciones públicas y privadas pueden moldear percepciones y abrir caminos para una convivencia más pacífica.
Un compromiso hacia el futuro

El éxito del evento reflejó el interés creciente del país en fortalecer el diálogo entre la ley, la religión y los derechos humanos. Para una sociedad diversa como Filipinas, encuentros como este generan puentes entre sectores que normalmente no se cruzan, creando espacios donde la colaboración se vuelve posible.
La búsqueda de paz, cuando se combina con fe, preparación y respeto mutuo, tiene un impacto real en las comunidades. Este foro dejó ver que hay voluntad, talento y convicción para seguir construyendo ese camino.
Fuente: news-ph.churchofjesuschrist.org
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