Un roble que nace de una bellota. Una oración que cambia el curso de la historia. Un artista que convierte la fe en color.
Así se podrían describir las dos poderosas obras que el artista argentino Gustavo Cocco acaba de donar a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en el marco del centenario de la predicación del evangelio en Sudamérica.
Las pinturas, tituladas “La Primera Visión” y “La Oración Dedicatoria para la Prédica del Evangelio en Sudamérica”, forman parte de su serie “La dispensación del cumplimiento de los tiempos” y representan un puente entre la historia sagrada, la expresión artística y el corazón de millones de creyentes.
El arte como testimonio
Con un estilo cubista y abstracto, Cocco logra fusionar geometría, color y simbolismo doctrinal en composiciones que no solo se ven, sino que se sienten.
Una de sus obras revive espiritualmente el momento en que, en 1925, líderes de la Iglesia dedicaron Sudamérica como tierra de predicación, en el Parque Tres de Febrero de Buenos Aires. Allí, figuras geométricas aluden a los élderes Ballard, Pratt y Arguelles, y se entreteje la metáfora del evangelio como un roble naciente desde una simple bellota.
“Esta obra busca representar espiritualmente aquel momento de consagración y fe que hoy se refleja en la historia viva de millones de miembros en esta parte del mundo”, expresó Cocco durante la entrega.
Un artista con raíces profundas
Gustavo Cocco nació en Argentina en 1968. Hijo del reconocido artista Jorge Cocco, se formó entre España y México, y sirvió como misionero en Veracruz. Graduado en Diseño Gráfico, ha combinado su trabajo en imprenta con una trayectoria artística única, donde el arte no solo se mira, sino que predica.
Su obra abarca temas como la vida preterrenal, las parábolas del Salvador y la restauración del evangelio, con un enfoque que busca incluir a todos, especialmente a quienes a veces no se sienten parte.
Además de su labor como artista, Cocco ha servido como Obispo, presidente de Estaca y actualmente como presidente de Escuela Dominical en Buenos Aires. Su arte y servicio dan testimonio de un mismo mensaje: el evangelio es para todos y puede expresarse de muchas formas.
Un legado que quedará en la historia
Con esta donación, las obras de Gustavo Cocco pasan a formar parte del patrimonio cultural y espiritual de la Iglesia en Sudamérica, sumándose a los festejos del Centenario con una voz visual que conmueve y eleva.
Para conocer más sobre las actividades del Centenario de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Sudamérica, visita: centenariosas.org.
Fuente: noticias.laiglesiadejesucristo.org
