La hermana Rebecca L. Craven, segunda consejera de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se dirigió a los 1,770 nuevos misioneros del Centro de Capacitación Misional de Provo, Utah en un devocional realizado el martes 18 de julio de 2023.
La hermana Craven habló sobre cómo la fortaleza en la obra misional proviene del valor que cada misionero o misionera posee, su deseo de servir, la confianza que tiene en el plan de Dios y su capacidad para crecer.
Asimismo, agregó que en la misión harían cosas de las que podrían no sentirse capaces.
“Harán cosas que quizás nunca antes hayan hecho y visitarán lugares donde nunca antes han estado. Aquello podría causarles un poco de aprehensión, tal vez falta de confianza o incluso un poco de ansiedad”.
La hermana Craven, quien sirvió con su esposo, Ron Craven, como líderes de misión en la Misión Carolina del Norte, Charlotte desde 2012 hasta 2015, expresó: “¿Cómo pueden los misioneros tener éxito a pesar de estos desafíos?”
Ella afirmó que el éxito se ve diferente para todos porque depende de cómo lo definan. Su éxito puede definirse por su esfuerzo para ser diligentes y obedientes al presidente de misión y sus normas, y al Señor y Sus mandamientos.
La hermana Craven también explicó que incluso en momentos de dificultad podemos encontrar valor.
“Dificultades podrían ser aquellas cosas que no entendemos completamente o las preguntas que tenemos que aún no han sido respondidas. Dificultades pueden ser nuestra propia ansiedad, aprensión o debilidad. Podría significar que nuestros esfuerzos o los esfuerzos de los demás no son del todo perfectos…
Con mucho valor… si persistimos en nuestros esfuerzos por vivir nuestros convenios lo mejor que podamos, el Señor aumentará nuestra capacidad y nos dará mayor valor en las dificultades de hoy, de mañana y siempre”.
La hermana Craven declaró que el amor por el Salvador puede ser un deseo o fuerza motivadora para todo misionero o misionera a fin de enfrentar sus desafíos:
“Ese deseo requiere que hagan algunas cosas difíciles, aquellas cosas aumentan su confianza o ponen a prueba sus habilidades…
Con confianza en Dios, podemos superar la duda, podemos fortalecer nuestros testimonios, podemos trabajar cuando no tenemos ganas de hacerlo… y podemos comprometernos a seguir firmemente el camino de los convenios”.
Los élder y las hermanas deben permitir que su servicio misional los cambie a medida que conservan lo que han aprendido durante ese tiempo. Deben utilizar en su vida aquello que han aprendido estando en la obra del Señor.
“Las lecciones que aprendan y los hábitos espirituales que desarrollen mientras estén en su misión no pueden dejarlos atrás. Son principios de hoy, mañana y siempre.
Lo que deseamos es que sus misiones los cambien por el resto de sus vidas. Pero eso no puede suceder si al final de su misión, dejan todo lo aprendido guardado en el fondo del cajón donde guardaban los calcetines en su última área”.
Fuente: Church News