La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días responde a un reciente artículo de Associated Press sobre la línea de ayuda contra el abuso
El abuso de un niño o de cualquier otro individuo es inexcusable. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree esto, lo enseña y dedica enormes recursos y esfuerzos para prevenir, denunciar y abordar el abuso. Nuestros corazones se rompen por estos niños y por todas las víctimas de abuso.
La naturaleza y el propósito de la línea de ayuda de la Iglesia fueron erróneamente caracterizados en un reciente artículo de Associated Press.
La línea de ayuda es fundamental para garantizar que se cumplan todos los requisitos legales de denuncia. Proporciona un lugar para que los líderes locales, que sirven voluntariamente, reciban orientación de expertos para determinar quién debe hacer un informe y si ellos (los líderes locales) deben desempeñar un papel en ese informe.
Cuando un líder llama a la línea de ayuda, la conversación trata sobre cómo detener el abuso, atender a la víctima y garantizar el cumplimiento de las obligaciones de denuncia, incluso en los casos en que la ley establece el privilegio del clero-penitente o restringe lo que puede compartirse de las conversaciones eclesiásticas privadas.
La línea de ayuda es sólo una de las muchas salvaguardias establecidas por la Iglesia. Cualquier miembro que desempeñe un papel con niños o jóvenes debe completar una formación cada pocos años sobre cómo vigilar, informar y abordar el abuso.
A los líderes y miembros se les ofrecen recursos sobre cómo prevenir, abordar y denunciar cualquier tipo de abuso. Las enseñanzas y los manuales de la Iglesia son claros e inequívocos sobre los males del abuso.
Los miembros que violan esas enseñanzas son disciplinados por la Iglesia y pueden perder sus privilegios o su membresía. Estos son sólo algunos ejemplos.
La historia presentada en el artículo de AP está demasiado simplificada e incompleta y es una grave tergiversación de la Iglesia y sus esfuerzos. Continuaremos enseñando y siguiendo la admonición de Jesucristo de cuidarnos unos a otros, especialmente en nuestros esfuerzos relacionados con el abuso.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org