Con respeto sincero y espíritu de unidad, la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días extendió un mensaje de buena voluntad al nuevo líder de la Iglesia Católica, el papa León XIV, elegido el 7 de mayo de 2025 como el 267º pontífice.

“En nombre de los líderes y miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, elevamos nuestras oraciones y saludos al papa León XIV. Este momento tan significativo para la Iglesia Católica es un recordatorio del poder duradero de la fe para las personas en todo el mundo”, expresó la Primera Presidencia en un comunicado oficial.

“Como seguidores de Jesucristo, esperamos continuar trabajando juntos para bendecir la vida de los hijos de Dios en todas partes. Que podamos esforzarnos por seguir el ejemplo del Salvador al cuidar a los pobres y necesitados, convertirnos en pacificadores y crear un mundo donde florezcan la fe y la bondad”.

El mundo da la bienvenida a un nuevo pontífice

El anuncio fue realizado desde el Vaticano con la emblemática frase en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!” —una gran alegría para los más de mil millones de católicos en el mundo.

Tras cuatro votaciones, los 133 cardenales reunidos en el cónclave más diverso de la historia eligieron al cardenal Robert F. Prevost, un agustino estadounidense de 69 años, con una trayectoria pastoral profundamente ligada a América Latina, especialmente al Perú.

Desde el balcón central de la basílica de San Pedro, el recién nombrado papa León XIV ofreció su primer mensaje al mundo. Hablando en italiano y español, hizo un llamado esperanzador:

“Ayudadnos a construir puentes”.

Sus palabras evocaron los temas de paz, diálogo e inclusión que marcaron el pontificado del papa Francisco, a quien recordó con afecto y gratitud.

Una invitación a seguir construyendo puentes

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días comparte con la Iglesia Católica el amor por Jesucristo, el deseo de elevar al prójimo y la convicción de que la fe tiene un lugar central en la vida personal y colectiva.

Ambas instituciones han colaborado en diversas iniciativas humanitarias y sociales a lo largo del tiempo, incluyendo esfuerzos conjuntos en el Perú, donde el nuevo pontífice dejó huella durante su servicio.

Este momento marca más que un relevo de liderazgo: es una oportunidad para renovar la visión de unidad entre creyentes de distintas tradiciones, guiados por la luz de Jesucristo, el Príncipe de Paz.

Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org

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