Cuando muchos pensaban que su época de servir ya había pasado, él decidió creer que aún había más por vivir. Y más por dar.
A sus 70 años, el élder Paul Newton no solo hizo sus maletas para cruzar el mundo hasta Croacia. También hizo historia.
Él es el primer hombre soltero mayor oficialmente llamado a servir como misionero de tiempo completo para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tras una reciente actualización que permite a los hombres solteros mayores de 40 años servir en misiones.
Pero esta historia no comienza con un llamado, sino con una pérdida… y una promesa.
Una misión pospuesta, un amor eterno
Durante años, Paul soñó con servir una misión con su esposa, Kathleen. Hacían planes, hablaban de posibles destinos, llenaban formularios… hasta que un diagnóstico inesperado cambió el rumbo de todo.

Kathleen y Paul Newton son fotografiados juntos en West Valley City, Utah, en el verano de 2014. | Proporcionado por Paul y Daniel Newton
Kathleen cayó gravemente enferma en 2019. Su diagnóstico fue fibrosis pulmonar. Los planes de una misión juntos se detuvieron. La enfermedad avanzó, y en noviembre de 2022, tras 46 años de matrimonio, Kathleen falleció.
Paul, viudo y con el corazón roto, regresó a Utah y se volcó al templo, al trabajo de historia familiar y al servicio. Pero algo seguía latiendo en su interior: el deseo profundo de volver a servir como misionero.
Una nueva puerta se abre
El 1 de noviembre de 2024, mientras salía del templo, Paul recibió un mensaje que cambiaría su vida: la Iglesia ahora permitía que los hombres mayores solteros sirvieran como misioneros.
No lo dudó. “Me apunto”, respondió de inmediato.
Pero ser el primero significó abrir caminos: el sistema de solicitudes aún no estaba completamente preparado para candidatos como él. Hubo obstáculos, pausas, formularios especiales y ajustes técnicos. A veces, parecía que no iba a suceder.
Sin embargo, su paciencia, fe y determinación inspiraron al equipo del Departamento Misional, que lo llamó “un pionero literal”. Gracias a él, muchos otros hombres podrán seguir sus pasos con mayor facilidad.
Croacia: su nueva tierra de promesas
El 10 de marzo de 2025, el élder Newton ingresó al Centro de Capacitación Misional en Provo (CCM). Apenas días después, ya estaba sirviendo en la oficina de la Misión Norte del Adriático, con sede en Zagreb, Croacia.
Pero no está allí solo para manejar papeles.
Se le ha asignado un programa piloto para reactivar a miembros menos activos, un esfuerzo que podría impactar a muchas personas que alguna vez conocieron el Evangelio, pero se han alejado.
Con su experiencia como abogado y su amor genuino por las personas, el élder Newton está más que calificado. Pero hay algo más: su corazón roto, ahora lleno de propósito, le permite conectar con otros de maneras únicas y profundas.
No vino solo
El presidente de la misión, Brian Cordray, lo resumió así:
“No creo que el élder Newton haya venido solo. De una manera muy tangible, su esposa Kathleen está con él. Él siente su amor y apoyo desde el otro lado del velo”.
Ese amor no se ha detenido. Solo se ha transformado.
Un ejemplo para todos nosotros
Para muchos hombres mayores, la vida después de los 60 puede sentirse como una recta final. Pero el élder Newton está demostrando algo diferente:
Que Dios no termina Su obra en nosotros solo porque cumplimos más años.
Que el dolor puede convertirse en poder.
Y que aún cuando creamos que no tenemos mucho que ofrecer, el Señor nos muestra un camino… si tenemos el valor de dar el primer paso.
Hoy, Paul sirve. Mañana, muchos más.
Gracias a su decisión de intentarlo, cientos —quizás miles— de hombres solteros mayores podrán algún día vestir una placa misional y decir con gozo: “Soy misionero de Jesucristo”.
El élder Newton no es solo el primero. Es un pionero. Un ejemplo de fe tardía, sí, pero vibrante y llena de vida.
Y aunque su compañera eterna no esté físicamente a su lado, él sabe que no está solo.
Porque donde hay fe, hay compañía celestial.
Y donde hay amor… siempre hay una misión por cumplir.
Fuente: Church News