Poco después de resucitar, Jesucristo les dio un mandamiento importante a Sus apóstoles antes de dejar este mundo para reunirse con Dios. Él les dijo:
“Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. (Mateo 28:19-20)
Ese mandamiento inspiró a los apóstoles de Jesucristo a dedicar su vida a llevar la luz de Cristo a todo el mundo a pesar de las circunstancias adversas.
En la actualidad, las autoridades generales de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días también están acudiendo a ese llamado.
Un ministerio inspirado

La Presidenta General de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, y la Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, Tamara W. Runia, han iniciado una jornada de ministerio especial en el Área Pacífico de la Iglesia de Jesucristo.
Su ministerio empezó a inicios de septiembre con Australia como primera parada. Allí, se reunieron con misioneros poco después de llegar a Sídney el 12 de septiembre y también compartieron mensajes de fe y esperanza con adultos y jóvenes Santos de los Últimos Días.
Como parte de sus mensajes, la presidenta Johnson les recordó a los miembros sobre el poder de la adoración en el templo haciendo eco de la enseñanza del presidente Russell M. Nelson, profeta de la Iglesia de Jesucristo.
“Les prometo que aumentar el tiempo que pasan en el templo bendecirá su vida como nada más puede hacerlo”. (Céntrense en el templo, Russell M. Nelson)
Siguiendo el ejemplo de Cristo

La presidenta Johnson y la hermana Runia tienen pensado continuar su ministración en otros destinos incluyendo Vanuatu, Tonga y ciudades de Australia y Nueva Zelanda. Estas visitas reflejan una demostración pura de la ministración a la manera de Cristo.
El Salvador declaró:
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”.
La presidenta Johnson y la hermana Runia están demostrando ser verdaderas discípulas de Jesucristo compartiendo amor por las personas a las que están ministrando mediante sus acciones y palabras de fortaleza.
Nosotros como miembros de la Iglesia de Jesucristo, también estamos invitados a hacer lo mismo. No es necesario que vayamos a otros países para demostrar que somos discípulos de Jesucristo. Podemos serlo en nuestros hogares y comunidades al amar a todos como Cristo lo haría.
Ministrar es parte del convenio

Ver el ejemplo de estas autoridades generales nos recuerda que ministrar también nos ayuda a cumplir nuestro convenio con Dios. El profeta Alma en el Libro de Mormón enseñó:
“Sí, y estáis dispuestos a… consolar a los que necesitan de consuelo”.
Consuelo fue lo que precisamente compartieron la presidenta Johnson y la hermana Runia a todos los Santos en sus primeras reuniones de ministerio en Australia. Si nos esforzamos por ministrar de esa forma, no solo sentiremos gozo al ayudar a los demás, sino también fortaleza espiritual.
Fuente: Sala de Prensa – Área Pacífico



