La Universidad de Brigham Young comenzó diciembre con una celebración especial. Como parte de su aniversario número 150, el campus en Provo recibió por primera vez varias máquinas de donación de Ilumina el Mundo.
Miles de estudiantes se reunieron en una de las “Noches de Luz”, donde el ambiente navideño incluyó música, luces y un árbol navideño encendido por primera vez en la historia de la universidad.
El presidente de BYU, C. Shane Reese, recordó el propósito de la noche:
“Estamos celebrando el nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo”, afirmó.
Explicó que tener las máquinas de donación en el campus es una forma de vivir el deseo de la universidad de ser “un lugar centrado en Cristo y guiado proféticamente”.
Una iniciativa global que llega a Provo

Aunque las máquinas de donación ya son parte de la tradición navideña en muchas ciudades del mundo, esta es la primera vez que llegan al campus de BYU. Este año están presentes en 126 ciudades, distribuidas en 21 países y en seis continentes, incluyendo por primera vez máquinas en Sudamérica.
Entre los nuevos países participantes se encuentran Argentina, Brasil, Chile y El Salvador, junto con naciones de Europa y Asia como España, Austria, Italia, Japón y Tailandia.
La llegada de los kioscos generó entusiasmo entre los estudiantes. Para muchos, representa una oportunidad accesible de servir aun con recursos limitados.
“Aunque somos estudiantes y sentimos que no tenemos mucho, igual podemos dar. Y dar siempre significa algo”, comentó Caleb Rogers, presidente del cuerpo estudiantil.
Un gesto simple que bendice a otros

Cada máquina de donación permite comprar artículos reales para personas necesitadas como alimentos, agua potable, ropa, kits de higiene, apoyo educativo, atención médica e incluso animales de granja como gallinas, cabras o colmenas.
Lo que para un estudiante puede ser un pequeño sacrificio, para otra familia puede convertirse en un acto de esperanza.
Para Aaron Essilfie, estudiante originario de Ghana, esta temporada es:
“Un tiempo de renovación, de dar y de paz”, comentó durante la celebración.
Su esposa, Nina, añadió que estas actividades les ayudan a “sentir el espíritu de la Navidad”. Donny Beyer, otro estudiante, compartió una idea espiritual que muchos recordaron:
“Cuando sientes que no tienes nada para dar, es cuando más puedes dar”.
Ver a otros jóvenes en la misma situación económica decidiendo servir reafirmó ese pensamiento.
Mirar hacia otros, como lo haría Cristo

Para algunos estudiantes, las máquinas de donación han sido una manera sencilla de recordar el enfoque navideño correcto. Sydney Landini lo resumió así:
“Esta iniciativa nos ayuda a dejar de mirarnos solo a nosotros mismos y a mirar hacia los demás, que es exactamente lo que haría Jesucristo”.
El espíritu de servicio no queda solo en diciembre. Como parte del aniversario 150 de la universidad, toda la comunidad de exalumnos, más de 466 000 personas, ha sido invitada a completar 150 horas de servicio durante el año.
La llegada de las máquinas de donación a BYU no es solo un evento bonito en medio del invierno. Es una invitación a vivir una Navidad centrada en Cristo, con acciones sencillas que reflejen su luz.
Servir, compartir y dar esperanza. Esas fueron las palabras clave de la noche, y el campus entero decidió celebrarlo así.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org
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