A principios de octubre, misioneros y miembros de La Iglesia de Jesucristo en Mi País, Quevedo, Ecuador, se ofrecieron como voluntarios para limpiar un terreno abandonado que estaba lleno de escombros.
Según Sala de Prensa en Ecuador, el resultado de su trabajo fue tan significativo que el lote más tarde se convirtió en el hogar de una nueva capilla católica.
Los miembros de la comunidad recaudaron dinero para materiales y los mismos voluntarios (misioneros y miembros de la Iglesia de Jesucristo) regresaron para ayudar con la construcción del “centro de la fe que uniría a más personas de la población cercana”.
Este no sería el único aporte a la sociedad que los misioneros de la Iglesia de Jesucristo ofrecen, ellos son representantes de Jesucristo y llevan a toda persona un mensaje de amor y felicidad.
Para saber más sobre nuestra fe y nuestras obras de servicio puede contactarnos a través de los comentarios de esta publicación.
Fuente: noticias.laiglesiadejesucristo.org