El servicio como idioma universal.
Aunque vienen desde diferentes continentes —y luego partirán a 256 misiones alrededor de todo mundo—, los más de 1,300 misioneros que alberga actualmente el Centro de Capacitación Misional (CCM) de Provo, Utah se unieron por un único propósito.
Y no, no solo aprender el evangelio de Jesucristo; sino también vivirlo con actos y obras, tal como enseñó el Salvador.
Más de 1,300 misioneros participaron de esta extraordinaria obra. Créditos: Brice Tucker
En conmemoración al Día de Acción de Gracias, se llevó a cabo el proyecto de servicio más grande en la historia de esta sede del CCM, según detalló el propio secretario ministerial y líder del equipo del proyecto de servicio humanitario del CCM, Bob Sorenson.
Así, por tercer año consecutivo, el CCM colaboró con Hunger Fight de Jacksonville, Florida, en el empaquetado de comidas a base de avena y azúcar morena que se donarían al Banco de Alimentos de Utah, logrando empaquetar 500,000 comidas, la mayor cantidad en 3 años de proyectos de servicio del CCM.
“Esta contribución de 32,477 kilos de alimentos es transformadora, capaz de alimentar a una familia de 4 personas durante 13 años y medio. Este proyecto de servicio hace que este sea un día de alegría, un día de muchas sonrisas y un día de buenas noticias para todos”.
Los misioneros se dividieron en 2 turnos de 2 horas cada uno, y en cada turno trabajaron casi 800 élderes y hermanas en grupos de 10 en las 80 estaciones de trabajo instaladas en el estacionamiento subterráneo del CCM.
El alegre trabajo estuvo acentuado por el repique de campanas y los cánticos para celebrar una caja llena de 42 comidas envasadas y el canto de villancicos. Las canciones navideñas por parte de los misioneros resonaron desde el subsuelo.
Devocional con un apóstol del Señor
La misión intensifica el amor al Salvador, declaró el élder Cook. Créditos: Brice Tucker, Deseret News
Además de esta especial obra de servicio, los misioneros tuvieron el privilegio de escuchar en esta festiva fecha al élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y su esposa, la hermana Mary Cook.
El apóstol del Señor agradeció a los misioneros por su amor, desprendimiento y determinación para consagrar este periodo de su vida al servicio de Dios y su prójimo, para luego agregar:
“Ustedes se encuentran en una época única de su vida en la que están demostrando su amor y agradecimiento al Señor mediante su servicio a Él y a Sus hijos. Su misión puede ser uno de los momentos más alegres y agradecidos de su vida”.
Les recordó que son un ejemplo no solo para sus familias, los miembros de su barrio o las autoridades generales de la Iglesia, sino que, especialmente, son representantes de Jesucristo en los ojos de todo el mundo.
Este es el tercer año consecutivo realizando estas donaciones desde el CCM. Créditos: Brice Tucker, Deseret News
“Un servicio como este nos ayuda a obtener nuevas perspectivas sobre las bendiciones y los privilegios que disfrutamos como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, agregó.
Culminando el devocional, los misioneros se dividieron en 3 grupos y fueron enviados en tantas oleadas a la cafetería del CCM para su comida del Día de Acción de Gracias: pavo y deliciosas guarniciones tradicionales.
Créditos: Brice Tucker, Deseret News
“El Día de Acción de Gracias en el CCM de Provo puede ser un momento en el que se intensifica la profunda gratitud hacia Dios Padre, hacia su Hijo amado, Jesucristo, y hacia nuestros semejantes”, explicó el presidente del CCM de Provo, Kevin E. Calderwood.
“A través de devocionales, presentaciones musicales y un proyecto de servicio, los misioneros adquieren un mayor amor y aprecio por todo lo que Dios les ha dado, y luego sienten el deseo de servir y retribuir a sus semejantes. Los misioneros pueden entonces llevar el amor de Dios y del prójimo al mundo”.
Su esposa y compañera de liderazgo en el CCM, la hermana Sydnee L. Calderwood, agregó:
“La experiencia del CCM ayuda a los misioneros a ver al Salvador con nuevos ojos, por lo que durante estos días especiales, su creciente amor y gratitud son casi tangibles, y su propósito misional resuena de una manera renovada”.
A través de esta extraordinaria obra de servicio y guiados bajo las palabras de un apóstol del Señor, estos élderes y hermanas comienzan su llamamiento misional no solo compartiendo el evangelio en palabras, sino también en verdaderas acciones de gracias.
Fuente: Church News
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