Mormones donaciones en Bogotá
Durante varios meses los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días del sector de Kennedy, a la cabeza de Rafael Lopera, planearon servir a un grupo vulnerable de personas de la ciudad de Bogotá, y encontraron en el barrio Potreritos de Bosa y Palmitas en la localidad de Kennedy, la mejor oportunidad. En estos lugares abunda la necesidad, pues la alta concentración de población vulnerable y las condiciones de extrema pobreza son el común denominador.
Los miembros de La Iglesia donaron de sus propios recursos y prepararon miles de menús de arroz con pollo, con el amor que siempre ha caracterizado al programa “Manos Mormonas que Ayudan” y su servicio a la comunidad. Fue muy decisivo el apoyo de la Policía Nacional, especialmente del comandante de policía de Bogotá, el General Guatibonza, del Área de Comunicaciones Estratégicas, de las Estaciones de Policía de Kennedy y Bosa, del Teniente Castaño, el Patrullero Miguel González, los Intendentes Quiroga y Preciado y más de 50 jóvenes de la policía cívica.
Desde el mediodía en uno de los edificios de la Iglesia, los voluntarios prestaron sus servicios en la recepción de los alimentos, el embalaje y la contabilización. Luego los alimentos que fueron aportados por los miembros de los 6 barrios de esta congregación fueron transportados en 2 buses, junto a más de 50 voluntarios que participaron en la entrega tanto en Potreritos como en Palmitas. Finalmente se repartieron 1548 almuerzos a los habitantes de estos dos sectores.
¿Cómo describir las expresiones de gratitud en sus rostros? John Rodríguez, uno de los organizadores dijo: “las sonrisas, y frases dichas por algunos de ellos, como: ‘gracias por venir’ o ‘gracias por tenernos en cuenta’, se quedaran para siempre en nuestros corazones. Estas palabras nos indican que este pequeño gesto de servicio para ellos es significativo, los logra conmover y les transmite nuestro interés que va más allá de suplir una necesidad física con una comida, es mostrarles nuestro amor y recordarles que a pesar de las circunstancias en las que ellos se encuentran, todos somos hijos de Dios… Regresamos a nuestros hogares con la satisfacción de servir a nuestros hermanos más necesitados, con nuestros corazones rebosantes de amor y caridad, con el anhelo de poder continuar sirviendo y con un testimonio vivificado al saber que cuando servimos a nuestros hermanos, solo estamos al servicio de nuestro Creador”.
Articulo publicado originalmente en Sala de Prensa Mormona Colombia