Ángela Craig, una mujer Santo de los Últimos Días, fue asesinada por envenenamiento en Aurora, Colorado, Estados Unidos.
Según los registros judiciales e informes, su esposo, James Craig, de 45 años, fue el autor del crimen.
James envenenó lentamente a Ángela hasta la muerte al añadir arsénico y cianuro a los batidos de proteína que tomaba antes de entrenar.
A principios de marzo, Ángela comenzó a quejarse de dolores de cabeza y se lo comentó a su esposo a través de mensajes de texto. Le decía que sentía que “algo en su cabeza no estaba bien”.
Ángela comenzó a sentir los síntomas del arsénico dos días después de consumirlo sin darse cuenta.
Ángela fue internada en el hospital múltiples veces mientras su estado de salud empeoraba. Después de desmayarse, la llevaron nuevamente al hospital, donde fue conectada a un soporte vital tras sufrir convulsiones.
Ella no recuperó la actividad cerebral y murió el 18 de marzo.
Se sospecha que, durante ese tiempo, Craig buscaba en Internet si se podía detectar el arsénico en una autopsia.
Craig, dentista de profesión, compraba el arsénico por Amazon y este pedido lo recibía en casa. Además de ello, el autor del crimen, recibía sustancias venenosas como cianuro de potasio en su consultorio dental.
Para asegurarse de que nadie lo descubriera, dejó dicho a los empleados que no abrieran los paquetes que llegaban para él.
Sin embargo, un colega de Craig, notó algo sospechoso y alertó a una enfermera sobre dichas compras misteriosas mientras visitaba a Ángela en el hospital.
El hombre le dijo a una enfermera que creía que Ángela había sido envenenada.
Entonces, la enfermera contactó a las autoridades y comenzó la investigación.
Actualmente, Craig se encuentra en prisión mientras espera recibir los cargos oficiales en su contra.
Las autoridades creen que Craig estaba decidido a iniciar una nueva vida con su pareja extramatrimonial después de dos años de problemas maritales con Ángela.
Los Craig tuvieron seis hijos.
El equipo de Más Fe lamenta la pérdida de Ángela Craig y esperamos que sus seres queridos puedan encontrar consuelo. Nuestras oraciones están con ellos.
Fuente: LDS Daily